El final del cuento puede ser sorpresivo. Ambiguo cuando el lector tiene que elegir entre dos opciones de final. Abierto, donde el lector elige entre un puñado de posibilidades de finales. Circular cuando termina por donde comenzó. Y puede haber otro tipo de finales, pero estos son los principales. Cuantos más distractores mantenga el cuento, más posibilidades de final puede elegir el escritor y/o el lector. De cualquier manera, a partir de nada más que un hecho narrado no se pueden generar demasiados finales. Si se llega a seis es que el cuento es de los mejores y ha sido, con seguridad, largo y con varias líneas dramáticas de distracción.
[Fuente: Guillermo Samperio, “Cómo se escribe un cuento", 2008]