Final Fantasy Crystal Bearers, análisis para Wii

He tenido el placer de probar este nuevo juego de la saga Final Fantasy: Final Fantasy Crystal Bearers, que apareció para la plataforma Wii. A priori el juego me ha parecido entretenido y para ser el segundo en la historia de esta consola, las diferencias son notablemente mejores tras la aparición de Crystal Chronicles: echoes of time que no dejó a los jugones con buen sabor de boca, sobretodo aquellos que ya habían probado la versión para Nintendo DS, puesto que es el juego original.

Este juego podría marcarse como dentro de una subsaga de Final Fantasy llamada “Crystal Chronicles”, que comenzó con su primera entrega en GameCube. Entre ellos no hay continuaciones de uno a otro, son historias prácticamente aisladas que tienen elementos en común, como la aparición de los cristales y un mundo compuesto por cuatro razas principales: clavates, selkis, yukos y liltis. En esta ocasión manejaremos a Layle, un clavate portador del cristal el cual le otorga los poderes del control de la gravedad. Durante la historia podremos ver la clara diferencia entre clases de las cuatro razas e iremos conociendo a personajes principales de cada una de ellas. El hilo argumental es bastante sencillo al principio del juego: Layle conoce a un extraño yuko que se cruza en su camino durante una misión y se dedica a perseguirle para que le de respuestas sobre los cristales y su interés en ellos. Este misterioso personaje es bastante escurridizo y poderoso, y es por ello que cuanto más tiempo pasa en su busca, Layle se interesa más en conocerle y derrotarle puesto que comienza a ser todo un reto para él.

Cuanto más va a avanzando la historia, más interesante va pareciendo llegando incluso a engancharnos y querer continuar para saber el final. La mayor parte de ella la conoceremos a través de bellas y divertidas escenas cinematográficas y otra parte a través de eventos que aparecerán en la parte inferior de la pantalla, cosa poco acertada puesto que mientras luchamos contra monstruos o caminamos por mundos en una misión nos perdemos mucha de la información más o menos importante que aparece ahí. Sin embargo, el contacto con las personas de las ciudades es prácticamente nulo. Sólo podremos hablar con unas pocas personas contadas con los dedos de una mano, cosa que nos da una sensación de mundo artificial un poco desagradable.

Contrarrestando este punto anterior, el sistema de control del wiimote y los poderes de nuestro protagonista, permiten manipular prácticamente cualquier objeto o persona en nuestro campo visual, pudiendo mover estos objetos e interactuar con ellos. Lamentablemente, este sistema de control no encaja del todo bien con la cámara, que es bastante mala aunque se pueda controlar más o menos bien con la cruceta, pero que en las peleas nos hará perder el control sobre el entorno y el campo de visión de los enemigos. En estos momentos deberemos guiarnos de un pequeño radar en la parte inferior de la pantalla, donde se muestran los enemigos como puntitos rojos y seguiremos su movimiento y posición.

Las batallas son bastante poco intuitivas y no tenemos un tutorial ni nada semejante para poder hacernos con el control al principio del juego. Sólo aquellos jugadores que quieran profundizar en el sistema de combate disfrutarán al completo de estos momentos, (que por cierto son muy pocos puesto que estamos obligados a luchar en unas determinadas partes del juego y podremos evadirnos de pelear casi por completo), puesto que con el sistema básico de coger cosas y lanzarlas podremos derrotar a prácticamente todos los enemigos. Este es otro punto en su contra, ya que da una sensación monónota a un jugador ocasional e incluso puede llegar a aburrirlo.

Por otro lado, el control con el wiimote tendrá un papel fundamental en los minijuegos, que son muchos, variados y divertidos, sin duda uno de los mejores puntos a favor de esta entrega. Además están muy bien introducidos por la historia y algunos de ellos serán vitales para el seguimiento de la misma, como por ejemplo el tener que escaparnos de los guardias en el tren selki teniendo cuidado de no ser vistos. Otros de estos minijuegos simplemente nos darán medallas o complementan la historia, como por ejemplo pescar o remodelar el jardín real de los liltis.

Todo esto viene ambientado con una música excepcional que a priori puede resultar chocante puesto que no es el típico estilo de la saga, tan pronto estamos escuchando música celta como rock, pasando por medieval o country, y el apartado gráfico es sencillamente precioso y rozan el sobresaliente. Todos y cada uno de los rincones que recorramos estarán llenos de una belleza digna de un final fantasy y que utiliza muy bien los recursos de la consola, aunque en algunos momentos de muchos objetos del entorno en movimiento, puede ralentizar un poco el propio movimiento del personaje.

Conclusión Final Fantasy Crystal Bearers

En resumen, estamos ante un título que se debe una oportunidad, un poco de paciencia ante el sistema de combate y con un apartado gráfico y sonoro maravilloso que acompaña a una historia que de seguro gustará a todo aquel que se adentre un poco en el juego y no se quede en las primeras imágenes.

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