No sólo hemos llegado al final de Perdidos. Otras series de éxito han alcanzado su punto final por esta temporada. La televisión que nos llega de Estados Unidos cierra un año en el que no ha habido propuestas novedosas, y las que parecían aportar algo diferente han acabado siendo un fiasco. Repasamos a continuación algunas de las series que hemos estado siguiendo en los últimos meses y que han dado el cierre por el momento.
House M.D. (6ª temporada). Es una de las más veteranas, y por las cifras de audiencia parece que está asegurada su continuación. También es cierto que conozco a mucha gente que ha tirado la toalla, cansada de cierto aire repetitivo. Pero hay que reconocer que, a pesar de ser una serie “de hospital”, House tiene algo que atrapa gracias a una trama principal llena de personajes complejos, y en esta temporada (que no ha sido de las mejores) hemos descubierto algunos aspectos sorprendentes de Wilson, Cuddy o Taub. Personalmente, el final de la temporada, que comenzaba con un interesante capítulo sobre la desintoxicación del protagonista, me ha parecido flojo y previsible, pero ha habido algunos momentos antológicos, como esos capítulos dirigidos por el propio Hugh Laurie y el siempre elegante Juan José Campanella.
Fringe (2ª temporada). La nueva apuesta de J.J. Abrams sorprendió en su primera temporada. La segunda, sin embargo, ha sido algo decepcionante, aunque ha avanzado notablemente en su trama principal y ha presentado algunos casos realmente curiosos. Esta mezcla de Expediente X y En los límites de la realidad nos ha hecho dudar de seguir viéndola en algunos momentos, pero siempre ha tenido algún repunte que nos ha enganchado de nuevo (especialmente interesante y clarificador el episodio titulado “Peter”). Aunque, todo hay que decirlo, ha habido también momentos de auténtica vergüenza ajena, como el episodio “Brown Betty”, contado como si se tratara de una película de cine negro. Lo que no sabemos es si, una vez descubiertas las cartas de la trama principal, Fringe conseguirá superar el peligro de convertirse en una serie del montón.
V (1ª temporada). Parece que las buenas audiencias han provocado que la ABC decida renovar por una segunda temporada. Personalmente, aunque no he podido evitar seguirla más por nostalgia que por interés real, me parece una de las decepciones de la temporada. Tras un piloto atractivo y prometedor, esta versión de la mítica serie de los ochenta ha ido cada vez a menos, con situaciones repetitivas y, sobre todo, efectos especiales desastrosos. Todo lo que ocurre en la nave de los alienígenas es verdaderamente vergonzoso, con cromas que parecen cromos, con perspectivas que son imperceptibles… Hacía tiempo que no se veían efectos tan chungos en una serie de televisión
Flashforward (1ª temporada). Otro de los fiascos de la temporada. Ni el parón para reestructurar la serie, ni la salida de uno de sus creadores, David S. Goyer (que llegó un momento que estaba más interesado en la tercera entrega de Batman y en el spin-off Magneto de X Men) consiguió enderezar una historia que sólo funcionó los tres o cuatro primeros capítulos. Y eso que quizás se trate de uno de los comienzos más impactantes y espectaculares que se han visto en televisión desde el episodio piloto de Lost. Pero la trama fue descolocándose poco a poco y fue desembocando en un despropósito . No sabemos en qué cambió la nueva propuesta, pero lo que está claro es que no consiguió salvar a una serie cuya vida acaba con la primera temporada, tras la anunciada cancelación por parte de ABC.
The Pacific (Miniserie). Producida por Steven Spielberg y Tom Hanks, desarrollada por HBO, prima hermana de Band of brothers. The Pacific lo tenía todo para ser uno de los grandes estrenos de la temporada. Sin duda, se trata de una propuesta espectacular y muy bien realizada, de perfecta ejecución, buenas interpretaciones, diseño de producción espléndido pero… hay algo en esta miniserie que no termina de enganchar, quizás porque, aunque tiene algunos momentos muy impactantes y episodios especialmente duros como el 9º, acabamos con una sensación de frialdad, de escasa identificación con unos protagonistas que no terminan de cuajar.
Wallander (2ª temporada). Ha sido una de las sorpresas del pasado año, y la BBC ya anuncia que quiere una tercera temporada con seis tvmovies en vez de las tres que han formado las anteriores. Aunque las tramas policíacas son un poco insulsas (no sé qué tienen los escritores escandinavos (ya sea Henning Mankell o Stieg Larsson), pero a pesar de su popularidad yo encuentro sus historias tontorronas y mal resueltas), lo cierto es que el personaje del inspector Wallander es un bombón. Y la estética visual de la serie, esos silencios, esos pasajes de constante melancolía, le dan un aire especial y diferente. Por no decir que Kenneth Branagh, habitualmente dado al histrionismo, está más contenido que nunca y ha atrapado perfectamente ese punto de tristeza que tiene su personaje. La aportación del músico Martin Phipps con una soberbia banda sonora y la canción dolorosa de Emily Barker como sintonía original son dos elementos más a añadir.