Finalista con apuros ante un Manresa muy meritorio

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Destensado, espeso y agarrotado mucho más que brillante, risueño y poderoso. La imagen del Barça en su primer capítulo oficial del curso 2010-2011 fue mediocre, pero resultó suficiente para superar por 78-71 a un Assignia Manresa muy meritorio y alcanzar la final de la Lliga Catalana, donde se enfrentará mañana domingo (17.00 horas, Canal 33) al DKV Joventut, vencedor ante el Girona FC por 83-71. Una personal ingenua de Gladyr, máximo anotador con 21 puntos, a Lakovic al límite de la posesión, a 34 segundos, desequilibró un encuentro decidido en los últimos segundos desde la línea de personal.
Al Barça le costó una barbaridad deshacerse de la almohada, mojarse la cara y tomarse con el rigor necesario su primer partido de la temporada después de unos primeros cuatro minutos de acierto, con un quinteto sin mundialistas y permisividad por parte de ambos equipos (10-8). Lo que vino después hizo que Xavi Pascual pidiese tiempo muerto y transmitiera un mensaje llano, pero muy claro: “Estamos sin decisión. Hay tiros abiertos, pero no los cogemos”. En efecto, los azulgrana malvivían alejados del rebote ofensivo, no tenían soluciones para contrarrestar las prestaciones de Lewis y especialmente de Gladyr (3/4 en triples en la primera parte) y no estaban nada lúcidos en ataque, hasta llegar a perder por 13 puntos en el segundo cuarto y estar 12m 16s sin meter ni una canasta en juego, desde el triple al límite de Sada a la entrada de Mickeal, superado al principio por Jordi Grimau, versátil y extrañamente cómodo ante la defensa del norteamericano.
La continuidad de Mickeal era una de las máximas prioridades del Barça este verano y pese a los momentos de tensión y confusión vividos –los impuestos tenían la culpa, no tiene nada que ver la situación de Euskadi con la del resto del Estado– hicieron que el jugador se plantease seriamente un cambio de aires. Pero se le subió el sueldo y se apostó por la renovación de Roger Grimau y Basile. Se fueron Barton y Trias, homenajeado al principio del partido –“tengo muy buenos recuerdos de aquí”–, y sólo ha llegado Perovic, el más interior de los cinco pívots de una plantilla que ganó la temporada pasada la Euroliga, la Copa, la Supercopa y la Lliga y sólo cedió la Liga.  
Mínima desventaja
Las palabras de Pascual sirvieron para que sus jugadores. Ya con Navarro en pista, pese a que no estaba previsto que jugase por sus molestias en el glúteo. La Bomba anotó el primer triple tras seis intentos fallidos de su equipo, en una demostración de que el cambio de distancia, de 6’25 a 6’75 metros será una pega durante las primeras jornadas de competición. Lorbek metió el segundo y Ricky, minúsculo con tres pérdidas en la primera parte pero acertado en una canasta afortunada, permitieron a los azulgrana llegar al descanso con una ventaja pequeña (30-36).
La mejoría continuó tras el paso por los vestuarios, donde seguramente Pascual no puso filtros a su enfado. Renació Ricky, con una gran recuperación, y Lorbek y Navarro persistieron en su acierto y el Barça, por fin, empató a 39 y se puso por delante tras el 10-8 inicial. Una entrada marca de La Bomba ante un Assignia Manresa liderado por el incombustible Lewis y dirigido por San Miguel. Se podía intuir que los azulgrana se distanciasen, pero a pesar  y lo consiguieron con los primeros triples de Basile y Morris y sobre todo con un parcial de 20-9 (50-45 a los 26m 25s). Pero el conjunto de Ponsarnau no bajó los brazos y siguió su cometido, con Gladyr como exclusivo agitador (55-51, 29m 12s). Aportó sus únicos puntos Montañez y el Assignia Manresa siguió opositando al triunfo con San Miguel como cerebro y un anotador diferente en sus siguientes jugadas. Pero Gladyr cometería esa personal infantil sobre Lakovic y pese a poner después el 74-71 a 20’4s el partido se consumió entre tiros libres. “Los que acabamos de llegar nos tenemos que acoplar a los nuevos sistemas. Ellos han jugado muy agresivos, pero hemos sabido ganar”, cerró Ricky.