Pero nos recuerda Joan Gené que más financiación no es obligadamente sinónimo de mejores resultados en salud.
en los países más pobres, los incrementos del gasto se traducen en aumentos de la esperanza de vida. Sin embargo, llega un momento en que la curva se aplana. Por más dinero que destinemos a salud no aumenta la esperanza de vida. Esto es lo que ocurre en los países desarrollados como el nuestro. Si que es cierto que a cambio del mayor gasto obtenemos un mejor servicio. Encontramos más comodidad, menos esperas, o más amabilidad.
O sea, que para conseguir el efecto buscado por Navarro (mejor y más confortable sanidad pública, aunque sin un aumento significativo en los resultados en salud) es necesario poner más dinero encima de la mesa. Sin embargo, la tendencia es a recortar, lo cual puede comprometer la calidad del servicio, perpetuando la diferencia entre clases sociales y su acceso a la sanidad (privada o concertada para los adinerados, pública para "la gente").
Ahora bien. Imaginemos que tenemos más dinero que ahora para la sanidad pública (mucho imaginar es eso, pero bueno...) ¿Dónde invertirlo?
Barbara Starfield argumenta que en
aquellos países que tienen una Atención Primaria (AP) bien dotada y de calidad presentan unos mejores índices de salud, reparten los recursos disponibles de forma más equitativa entre la población y sus sistemas sanitarios son mucho mas eficientesDicha afirmación está sustentada en varios informes y artículos.
Ya tenemos definido el problema, ya tenemos la solución. ¿Vamos en la buena dirección en nuestro país?
Pues parece ser que no... Juan Simó defiende que el porcentaje de la financiación en sanidad dedicado a la Atención Primaria ha ido descendiendo en los últimos años. Y que dicho hospitalcentrismo es más acusado en las comunidades autónomas más ricas, donde lo único parecido a la Atención Primaria que crece en el gasto es la medicina privada ambulatoria. Y que todo ello genera desigualdades e inequidades dificilmente soportables en un sistema democrático desarrollado económica y socialmente como el nuestro que apueste por un modelo de sanidad pública y de calidad.
¿Porqué se insiste en caminar por caminos inadecuados?