Revista Moda
Hay piezas antiguas que están dotadas de un significado especial. Quizás sean insignificantes y ni siquiera sean especialmente bellas pero tienen una historia tras de si. La de hoy es una de ellas.
Hace años hicieron obras en el portal de mi edificio y cambiaron una puerta que, no os voy a engañar, no era especialmente bonita pero si fuerte y efectiva. La cambiaron por una que es el paradigma de la modernidad y que con la misma sinceridad os digo que es es horrorosa y además no cierra bien. Qué negocios más ruinosos hacemos a veces los humanos,verdad?
Recuerdo muy bien la vieja puerta. La recuerdo porque he vivido en el mismo edificio desde pequeña. Recuerdo ser muy niña y no llegar a la manecilla. Recuerdo el primer día que alcancé para poder abrirla y el gran logro que fue eso (Aiiii señor, qué alta me sentí y no era más que un retaco). También recuerdo cuando siendo un poco más mayor mis padres me dieron la llave. Uii que honor y que mayoooor!
Cuando cambiaron la puerta mi madre, que es un lince, pidió a los operarios si nos podíamos quedar con la pieza de latón que recubría la cerradura. La he guardado durante años. Por romanticismo, si , pero sin saber qué hacer con ella.
Hace poco decidí hacer uno de mis cuadritos con esta pieza y así poder verla siempre en vez de que quedara olvidada en algún cajón.
Con este post participo en en el encuentro bloggero Finde Frugal del blog Marcela Cavaglieri.
(Photos by Y tan flamenca! Please, don't use them without permission)