Revista Arquitectura

Finlandia

Por Jgorostiza
FinlandiaLa semana pasada estuve en Finlandia. Lejos y lo más al Norte que he llegado, y además con un calor increíble. Fuimos ocho personas (entre ellos seis arquitectos) y una maravillosa guía, María Barbeito, en un viaje organizado por artchitectours -que por cierto, puede y debe mejorar mucho sus servicios- en principio para ver la arquitectura de Alvar Aalto, pero, como suele suceder, los descubrimientos, sin desdeñar al multiapreciado Alvar, fueron otros: Briggman y Saarinen. Recuerdos ahora muchos y muy bueno, todo lo que nos reímos con el estupendo grupo y sobre todo gracias a Manuel y Antonio, ver ganar a España la final del Campeonato del Mundo entre múltiples cervezas en un bar de hooligans en Jyväskyla, los lagos y quienes se bañaron en ellos, los ojos de las mujeres, un mercado en Turku, el inacabable día, el Museo de Arquitectura de Helsinki, una boda en Lahti, las escupideras para echar las flemas de los tuberculosos en el abandonado sanatorio de Paimio, el aspecto de trasatlántico de los pasillos de los hoteles, la carne de reno... Entre las sorpresas, que en Seinäjoki se estuviera representando un musical basado en Ninotchka y en Helsinki una obra de teatro en Fanny y Alexander, pero además vi anunciados otros musicales sobre Cantando bajo la lluvia y los inevitables Grease y West Side Story. No olvido que este es un blog sobre cine y arquitectura y por eso he colocado esa imagen al principio, que no parece tener nada que ver con Finlandia. La verdad que Rod Taylor en la magnífica Zabriskie Point no tiene relación con el limpio y despoblado país nórdico, pero es la cubierta de un libro sobre cine y arquitectura que no conocía y que encontré en la librería del Museo de Arquitectura de Helsinki, un libro con muy buena pinta, con artículos de entte otros, el crítico Peter von Bagh y el arquitecto Juhani Pallasmaa, pero con un único problema, está escrito todo él en finlandés, por lo que evidentemente no entiendo absolutamente nada, la reflexión es que los libros en español (me resisto a escribir castellano) que con tanto trabajo escribimos, para la parte anglosajona del Mundo son como para mí los libros en finés: incomprensibles. También hay que decir que estaba saldado y, como se puede ver en la portada, sólo costaba cuatro euros.
Leer más: http://cinearquitecturaciudad.blogspot.com/2010/07/finlandia.html#ixzz0uUUTer4o

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