Pues bien, las dudas de la lectora eran fundamentadas: al final Finlandia no lo ha hecho mejor que Europa, ya que el PIB de los Veintisiete se redujo 0,3% y el de la Eurozona 0,5% en el 2.012, mientras que Finlandia cayó un 0,9%, fruto de tres trimestres seguidos de crecimiento negativo. Finlandia está en recesión. La crisis económica europea también está haciendo mella en la avanzada sociedad finesa, provocando una caída de su producción y de sus servicios. Ante esta situación el Gobierno conservador de Jyrki Katainen ha elaborado un plan de recortes, que tiene previsto comenzar adelgazando el presupuesto en 2.300 millones de euros este año, llegando a los 5.900 millones en 2016. De la política de recortes parece que no se libra nadie en Europa.
El pasado 24 de enero la principal compañía finlandesa, Nokia, presentó los resultados del último trimestre del 2.012. Aunque en un pasado muy reciente Nokia llegó a tener un protagonismo más que relevante en el PIB finés (4% en el 2.000), la realidad es que actualmente su peso específico ha caído notablemente (0,6% del PIB), aceleradamente desde que el señor Steve Jobs tuvo la feliz idea de reinventar los móviles allá por el 2.005[1].
Nokia Lumia 900
2.012 no ha sido un buen año para Nokia, como tampoco lo fue 2.011. Las pérdidas netas acumuladas el pasado año han ascendido a la cifra de 3.106 millones de euros, un 166% más que en 2.011. Nokia pierde pistonada, pero aún así siendo un gigante, y buena idea de ello nos lo da el hecho de que únicamente sus pérdidas superan en un 35% el total del recorte presupuestario planificado por el Gobierno de Helsinki para el actual ejercicio. Nokia ha cedido el protagonismo en el negocio de los móviles a la compañía de la manzana y los asiáticos con sistema Android que vinieron después. Para poder sobrevivir a semejante competencia la compañía se haya inmersa en un proceso de reestructuración amargo, que ha supuesto aliarse con Microsoft en 2.011, apostando por Windows Phone, y dejando de lado su sistema propietario de toda la vida, Symbian[2]; despidos masivos, cierre de fábricas (hace siete meses se cerró la última fábrica en suelo finés), venta de su sede principal en diciembre, intentos de diversificación del negocio, etc.
La verdad es que Nokia lo tiene francamente mal para seguir adelante, aunque el último trimestre deja abierta una puerta a la esperanza. Por primera vez en casi dos años la compañía ha vuelto a los números negros, aunque sea con unos exiguos 202 millones, gracias a las medidas ya comentadas, y a una mejora de las ventas de sus últimos lanzamientos del Lumia y los terminales de la gama Asha en los mercados emergentes.
Lo irónico de la historia es que el sistema operativo que junto con el IOS de Apple han acabado con Symbian de Nokia, Android, es un sistema cuyo núcleo está basado en Linux, sistema abierto creado por Linus Torvalds, un ingeniero nacido en la capital finesa y formado en la Universidad de Helsinki. Para acabar de rematar la ironía, en 1997 Linus Torvalds fue galardonado con los Premios de la Fundación Nokia.
[1] El primer iPhone se puso a la venta el 29 de junio 2.007
[2] El mismo día que se presentaban los resultados del cuarto trimestre de 2.012, Nokia anunció oficialmente que su terminal PureView 808 será el último smartphone de la marca finlandesa que integre su sistema operativo Symbian.