Revista Coaching

Firme convicción… hacia la felicidad

Por Mbbp

FIRME CONVICCIÓN… HACIA LA FELICIDAD

Nunca he sido una persona dubitativa! Mi capacidad de decisión siempre ha sido rápida y efectiva… aunque no necesariamente acertada! Lo que más nos cuesta en nuestra vida es tomar decisiones… y luego ser coherentes con ellas, ser constantes y acatar sus efectos! Creo que la clave radica, esencialmente, en aceptar la probabilidad de error y asumirlo, si llega el caso. Los errores siempre traen una lección consigo, que necesitamos aprender! No obstante, ahora me doy cuenta de que esa capacidad de decidir -llamémosle innata- estaba basada en la relativa importancia que tenían las decisiones y mis ámbitos de decisión! Decidir cambiar un lugar de residencia, un trabajo o un cambio de circunstancias en la vida no tiene -o no debería tener- excesiva importancia! Querámoslo o no, el mundo y nuestra vida cambia continuamente… y desarrollar esa capacidad de cambio y/o esa flexibilidad en nuestros esquemas vitales no es más que dejar fluir la vida tal y como viene a nosotros! Eso solo exige una cierta flexibilidad mental!

De todos modos, hoy esa capacidad mía de decidir, está basada en la firme convicción interna, más que en mi histórica e incuestionable flexibilidad mental o simple adaptación al medio! He aprendido a buscar la firmeza en lo esencial y, a la vez, a relativizar el valor de lo supérfluo y solo urgente en mi vida! Alguien dijo que lo esencial en nuestra vida es, precisamente, lo que nadie te puede quitar! Como decía, hoy mi certeza, día a día más, se fundamenta en lo importante, lo que no quiere decir que en ciertos momentos me surjan igualmente dudas, pero hoy -aunque sean pasajeras- éstas solo me indican que se trata de un asunto que requiere mi atención, precisamente porque es esencial o bien porque solo las estoy valorando desde un aspecto externo y/o a corto plazo! Cuando miro la vida basándome en lo esencial, es decir, baso mis decisiones en lo interior y fundamental, las opiniones y decisiones de los demás o las circunstancias externas (el momento, el lugar, etc.), poco o casi nada importan… aunque es verdad que debemos tenerlas en cuenta, pues nuestra vida y lo que alcanzamos en ella están necesariamente relacionados -no condicionados ni supeditados, como suele pasar- con nuestro entorno inmediato y a nuestro momento vital. Sin duda es la única premisa para poder compartirlas…

Durante demasiados años, mi vida se dirigía más a evitar lo que era evidente que no quería en ella, que a encaminarme hacia lo que realmente anhelaba interiormente -y merecía- sentir y vivir! Estamos en un mundo que, lamentablemente, nos enseña, desde pequeños, solo a través de la palabra “no“, la renuncia a lo demasiado propio y/o a lo presuntamente negativo, a través del oportuno castigo, propio -en forma de culpabilidad- o ajeno! Así, si preguntáramos a una persona cualquiera qué es para ella la felicidad, le sería mucho más facil ennumerar las causas de la infelicidad, que definir qué es exactamente y en qué consiste su propia felicidad! Hoy, día a día, voy relativizando los “no” en mi vida basados en el pasado malvivido -lo que me hace más libre, porque ya decido yo, ahora- y concentrándome más en lo que realmente merezco y deseo en mi vida, hoy! Después, tal vez es solo cuestión de firmeza, valentía y constancia para que mis pasos me conduzcan a donde deseo ir y a lo que deseo compartir por amor… aunque, luego, será la vida la que decidirá cómo y cuándo será! Mi Alma, mi intuición y las señales de la vida me indicarán si voy por el correcto camino…

También sé que la firmeza en las convicciones, a veces, provoca miedo en quien la observa y en quien la padece! No estamos acostumbrados a convivir con ella, en un mundo en el que, precisamente, se prima lo contrario a la individualidad, aunque no siempre lo parezca. La firmeza interior es el fundamento de la individualidad y, por tanto, de la rebeldía personal! Aunque muchas personas se sienten rebeldes frente a los demás, la sociedad o ante el mundo, la verdadera rebeldía siempre trae consigo una revolución interior, que debe empezar por cuestionarse uno mismo, ser capaz de perdonarse ante los posibles errores cometidos y no sentenciarse a vivir solo lo vivido… confiando siempre en uno mismo y en la propia capacidad de mejorar y de crecer, como persona!

Así, ser rebelde de verdad es, siendo consciente de las propias fortalezas y debilidades, ser capaz de decidir por uno mismo lo esencial que desea y merece en la vida, ser firme en su persecución porque responde a anhelos interiores, ser valiente para cuestionarse todo y a todos -incluso a uno mismo- y ser constante, porque en ese mismo camino está la felicidad… aún con riesgo a equivocarse o que la vida decida al fin dónde debemos realmente estar! Al fin y al cabo, la felicidad no es más que el camino -no un destino- que consiste en querer y apreciar lo que somos, tenemos y queremos interiormente… y ser realmente conscientes de nuestro propio valor para sentirlo y vivirlo, como merecemos! En ese camino, sin duda, está la paz, el amor y la felicidad!!

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