Ni más ni menos. También entonces la comunidad internacional más políticamente correcta, la misma que luego recibió al presidente golpista con honores de jefe de Estado y le facilitó el chantaje de unas elecciones de pantomima, se echó las manos a la cabeza mientras la prensa de ultraderechas, contratada para hacer el papel de poli malo, justificaba el golpe, ocultaba su violencia y sacaba los manidos adjetivos de populista, etc, etc… La estrategia es tan clara que resulta obvio explicar a qué obedece… pues a lo mismo que a los ajustes estructurales en el Tercer, y ahora en el Primer, mundo, a este capitalismo que se revuelve como un jabalí herido de muerte, con lo que resulta aún más peligroso. No dejemos que suceda una segunda vez. Y sobre todo no permitamos que haya una tercera.