Hoy en día resulta penoso e insultante ir al cine a ver películas meramente comerciales, ya saben, prefabricadas con el afán de arrastrar masas a las salas, y llenarse los bolsillos en billetes. Es cierto también que nadie nos obliga a ir a verlas ni tampoco nos ponen una pistola enfrente, sin embargo, cómo entretenimiento, que todo buen cinéfilo busca, resulta una terrible decepción en lo que el significado de entretenimiento se ha convertido hoy en día, con película tras película empeñadas a hacernos odiar más el arte cinematográfico. Afortunadamente, por no decir milagrosamente, de vez en cuando nos llegan películas que salvan todo un año completo por si solas.
`Fish Tank’ es de esas películas, una bocanada de aire fresco que nos llega proveniente desde Europa, para ser precisos desde Inglaterra. Ganadora del premio del jurado en el festival de Cannes en el año 2009, si, hace ya dos años, esta historia tan audaz cómo terrible, nos narra la vida de Mia Williams, espectacular Katie Jarvis, una adolescente que atraviesa un difícil y complicado umbral en su vida, el no saber que rumbo seguir o que es lo que debe hacer. Creo que todos hemos pasado por ahí. Lo único que Mia sabe, lo único que la libera del estrés mundano y la repetitiva vida, es su amor por la música y el baile. Sin embargo un evento importante esta a punto de ocurrirle a Mia, ese extraño sentimiento que es el amor, un amor prohibido con el amante de su madre, un tal Connor, interpretado por un genial Michael Fassbender, ¿acaso nadie ha notado lo buen actor que es?
Con una nueva encrucijada en su vida cómo lo es el amor, por el baile y por un hombre, Mia debe afrontar una serie de obstáculos y situaciones realmente perturbadoras que la harán replantarse su propio destino y la vida que desea tomar. Una película demasiado audaz y que cumple todo lo que promete. Aquí no hay finales rosas cómo en las telenovelas, no, esto es la vida real, tan cruel y despiadada que no se permiten los finales felices. Por ello el titulo de la película, la cual significa, literalmente, “Tanque de pez” o cómo le conocen mayormente ” Pecera o estanque de peces”, haciendo referencia, metafóricamente hablando, hacia la vida que lleva Mia y el cómo ella representa a un pobre pez atrapado bajo su propia casa y los peligros del entorno que vive. No hay escapatoria. O tal vez si.
La directora Andrea Arnold, quien ya había ganado en 2006 el premio del jurado en Cannes, por su opera prima `Red Road’, borda aquí un tema tan complicado cómo lo es la adolescencia humana, mayormente en la piel de una niña que no sabe que busca en la vida. Por ello no me resulta increíble que a la actriz debutante la hayan encontrado en una estación del tren, esperando a su novio. Y que la propia película éste rodada cronológicamente, es decir, tal y cómo la vemos en pantalla, escena por escena, una después de otra, en orden, algo muy raro o ya no tan común en el cine actual. Un logro, en pocas palabras. Más teniendo en cuenta lo complicado de algunas escenas y el esfuerzo dramático y fluidez que se necesita, por ello el logro es aun mayor. La escena donde bailan madre e hijas es de una belleza y poder narrativo espectacular.
El elenco que aquí forma Arnold y que respalda a Katie Jarvis es realmente de envidiar, quizás no tanto por nombres, sino por talento y fluidez interpretativa casi natural. Su madre alcohólica, interpretada por Kierston Wareing, cumple a la perfección en un rol que pareciera muy sencillo pero que nos permite descubrir el por que de la personalidad de la protagonista. Mismo caso con su pequeña hermana Tyler, una divertida Rebecca Griffiths, que cumple en el papel de la relación odio/amor entre hermanos. A ellos les sumamos al comentado Fassbender y al casi fugaz, pero no por ello menos importante, Harry Treadaway, cómo Billy, el único amigo que le queda a Mia. En pocas palabras un elenco increíble.
Para finalizar solo me resta recomendarles ampliamente esta joya del cine independiente que esta en nuestras salas. Una película osada en su cometido y real en su tratamiento. Cine de alta calidad que bien merece su visionado en una sala de cine, acompañado de tus amigos, a esos que les guste el buen cine, claro esta. No es una película para todo público, por ello es aun mucho mejor. Un relato sobre la cotidianidad de la vida y el complicado viaje que debemos hacer para autodescubrirnos cómo humanos, repletos de errores y de aciertos.
Calificación: ★★★★★