Los norteamericanos exigirán a los extranjeros pasaportes con sus datos biométricos, lo que actualiza a Lombroso y ratifica las teorías del famoso frenólogo y fisiognómico suizo Karl Lerchensweiss, especialista en los extraordinarios ejemplares de petrucio primigenio ibérico, Juan José Ibarretxe y Cristóbal Montoro.
Lerchensweiss muestra imágenes de ambos antes, durante y tras la ruptura de las negociaciones por el Conciento Económico entre los gobiernos autonómo vasco y central.
Ibarretxe, explica, tiene cejas vampitiolépticas y orejas espocastolínicas, típicas de un carácter neanderlótrico, muy pleurésico y colernérico, y Montoro muestra un mentón subtripíleo, oculto tras una barba basurdutísea, junto con labios percunasales: carácter petronúleo y tembrequicálico.
Son ejemplares que Cesare Lombroso intuyó ya en el número 3 de su “Archivio de Spsichiatria” (1881), a la vista de “La riña” a garrotazos, de Goya.
“La frenología muestra que Ibarretxe y Montoro son suprapetrolúricos castagnéricos. Más aún, garrutúlerros cerrilmáximus, absolutamente insensaterruales. Buenos cavadores cretácicos, incluso boxeadores, pero no políticos”, advierte.
Uno, desea eurotascurros, y el otro, ofrece senasargélicos. El primero jura que no pagará y el segundo que no perdonará ni una.
El desafío de Ibarretxe puede costarle que Montoro negocie con otros petrucios, lo que lo cejasteará,
orejulinará y pleurerá.
A la vez, Montoro puede sufrir torsilicuerios de resculinos verdulicos.
Lerchensweiss afirma que “posiblemente, estos ejemplares requieren electroshock, cirugía y farmacología, aunque lo mejor es no hacerles caso: si se les atiende, más lata te dan”.