“Creo que una mujer es más feliz si es simpática, si tiene un corazón alegre, poco convencional, cuando es la dueña de su propio destino… Quiero que mi hija sea una “flapper” porque las flappers son fuertes, alegres y hermosas.”
Zelda Fitzgerald
Con esta frase de la novelista icono de los años 20, esposa del también novelista F. Sctott Fitzgerald, cuyas historias situadas en los años 20 han llegado también a las pantallas, tomamos este vocablo que llevaría largo y tendido para analizarlo en toda su proporción, y como este blog habla de perfumes, la asociación de la palabra flapper en este caso tiene que ser sintetizada y reflejar el efecto del perfume que describiré a continuación.
Los años 20, “Los Años Locos” como los llamaban, trajeron novedades en el mundo de la mujer. También sinsabores. Pero una cierta parte de estas chicas, que habían visto cómo sus madres se vestían siempre de largo, con sus moños victorianos de principios de siglo arriba de la nuca, peinándose cada noche largas veces con cepillos de púas de jabalí para dar lustre, cocinando para el hombre de la casa, callando y velando por los hijos, un buen día decidieron cortar por lo sano: primero el pelo, lo que dio como resultado el típico bob que nunca ha dejado de estar de moda, faldas cortas, para que las piernas se vean bien al bailar. Faldas con flecos para que el movimiento sea casi un vuelo, bandas sobre los cabellos, para ensalzar el rostro, maquillajes, rojos de labios, miradas felices, escapadas a los bailes, conducir un coche, disfrutar de la vida, y sobre todo, reír mucho. Los demás catalogaron a este tipo de mujeres como “mujeres de la vida”, escandalizados al ver que unas muchachas inocentes se convertían en dueñas de su propio destino. Y todas las canciones, los ritmos de las danzas, una Josephine Baker haciendo guiños, un charlestón que nunca termina y el cotillón eterno para no importa qué fiesta se hacían en un tiempo en que las flappers comenzaban a tomar iniciativas y muchas veces a desafiar sus propios destinos, con resultados a veces tristes pero también felices, y al fin y al cabo esa época fue un canto a la diversión como pocas han existido. Tras unos años el crack de Nueva York dejó a los Estados Unidos en una situación económica terrible, pero las flappers se las ingeniaban para salir adelante. La moda había realmente comenzado.
Una flapper es una mujer que se arriesga y que no piensa en las consecuencias, pues vivir el momento es lo que importa. Se hace coqueta y sabe como sortear obstáculos, y muchas veces la suerte le sonríe, porque su corazón es alegre por naturaleza. Los chistes, las risas, los ingenios, las sorpresas, son típicas de la era flapper. Palabras nuevas, swell, en lugar de bonito, ritzy en lugar de rico (por el Hotel Ritz) y muchas palabras más que podrían escribirse aquí forman parte de un mundo que ha quedado reflejado en el cine, con figuras como Joan Crawford.
Y bien,¿por qué todo esto? En primer lugar, me siento muy identificada con esa época, y si tuviese que viajar en el tiempo, sin duda una de las décadas sería esta, los años 20. En muchos casos me siento muy Flapper: La cinta sobre el pelo, el cigarrillo en boquilla larga, flecos, diversión, alegría, bailar, cantar, reír, y también muchas de las cosas que son superficiales pero encantadoras como lo es el saber maquillarse como una auténtica Flapper.
Pero hay mucho más, toda una filosofía de la vida. A persar de ser mal vistas al principio, las Flappers comenzaron a verse reflejadas en el cine. La primera aparición vino de la mano de Olive Thomas en la película Flapper. Luego llegarían Clara Bow, Louise Brooks, Colleen Moore y la ya nombrada Joan Crawfod. La prohibición generó que estas chicas saliesen a la calle mostrando un desdén hacia la autoridad, que cerraba cabarets y salas de fiesta, que prohibía tantas cosas. Y las Flappers se convirtieron también en las mujeres adultas que votaban de forma diferente.
Sus visitas a los clubs de jazz, sus noviazgos cortos pero numerosos, uno que las llevaría quizás al altar finalmente, el hecho de ir en bicicleta, de conducir sus propio coche, de beber alcohol sin importarles el qué dirán, era un total desafío en aquellos años de Prohibición. Trabajar fuera de casa, luchar por sus derechos civiles, el Bunny Hug, el Shimmy. el ya mencionado Charleston… era un total desafío a la sociedad que todavía seguía manteniendo muchas de las tradiciones victorianas.
Este preámbulo me lleva a presentar un perfume del que hace días quería hablar: OPUS OILS y una de sus fragancias: en este caso FLAPPER, que no huele a un perfume cualquiera, sino a una época; que no tiene aroma de perfume simplemente, sino de mucho más, de un estilo de vida.
Dentro de una de sus colecciones, existe la colección llamada LES BOHEMES: 10 fragancias de Opus Oils de las cuales una ya no la tengo (Bootleg), pues mi hermano se la apropió, a base de vetiver y otras esencias como las de granos de café que la hacen tan misteriosa y seductora a la vez.
Nombres como Giggle Water, Speakeasy, Gold Digger, Heavy Sugar, Lil Nico, High Hat, Dapper, Jazz… y Flapper, entre otras forman esta colección que, al abrirla, enciende mis sentidos literalmente y emocionalmente hablando.
FLAPPER, dice la nota informativa es Datura. Pero Flapper, esta fragancia es uno de los perfumes más especiales que haya olido. Generalmente decimos: huele a rosas, o huele a jacinto: o huele a musgo; o a maderas… Pero realmente ¿a qué huele Flapper? Esta ha sido una de las experiencias olfativas más sorprendentes para mí.
FLAPPER HUELE A GUANTES DE PIEL, A FLORES EN UN JARDIN TRAS UNA CASA, DONDE LA VIDA ESTA LLENA DE TIENDAS, DE MOVIMIENTO, PERO ESE JARDÍN, ESTE PEQUEÑO RINCÓN, TIENE TODAS LAS DELICIAS DE UN CAMPO, ES UN PEQUEÑO ESCONDITE, DONDE NOS SENTAMOS PARA VER LA LLUVIA CAER, MIENTRAS A LO LEJOS SUENA RAY NOBLE CON “MIDNIGHT, THE STARS AND YOU”.. Y MIENTRAS LEEMOS NOTAS DE AMOR ENTRE AMIGAS, COMENTANDO Y RIENDO LO QUE ESTE O AQUEL HA ESCRITO. PREPARANDO NUESTRO PROXIMO FIN DE SEMANA, DONDE IREMOS, A QUIEN VEREMOS. FLAPPER ES UN BAUL ENCONTRADO EN ALGUNA CASA ANTIGUA, QUE POR ALGUNA RAZÓN NOS ACOGE AUNQUE ESTÉ VACÍA. Y ALLÍ ARRIBA, EN EL DESVÁN, ABRIMOS DEPACIO ESTA CAJA DE MADERA VIEJA, PARA SORPRENDERNOS CON PLUMAS, SOMBREROS, COLLARES, CARTAS ENLAZADAS, OTRAS MEDIO ROTAS, FOTOGRAFRÍAS, DISCOS DE 78 REVOLUCIONES, PAQUETES VACÍOS DE CIGARRILLOS CHESTER, LAPICES DE LABIOS, KOHL PARA LOS OJOS, POLVERAS, UN FRASCO DE 20 KILOS Y NO 20 KILATES, DE DANA, CON SUS LÁMINAS DORADAS BAILANDO DENTRO DE UN FRASCO DE PERFUME ANTIGUO, CUYA CAJA NOS RECUERDA A UNA PETACA DE CIGARRILLOS ANTIGUA, PORQUE EN REALIDAD LO ES. CAPAS, REVISTAS, UNA FOTOGRAFÍA DE VALENTINO….
Y LUEGO DECIDIMOS PONERNOS LOS SOMBREROS, LAS PLUMAS DE AVESTRUZ, Y MIRARNOS EN EL ESPEJO. Y ENTONCES SABEMOS QUE AQUELLA MUJER FUE FELIZ, Y COMPRENDEMOS POR QUÉ NOS HABÍAMOS SENTIDO TAN BIEN EN AQUELLA CASA LA PRIMERA VEZ QUE ENTRAMOS. QUIZAS NUESTRO NOVIO NO NOS COMPRENDA, PERO NOSOTRAS DESEAMOS COMPRAR ESTA CASA, PORQUE… YA ES ES NUESTRA.
No podía escribir el texto anterior en minúsculas. Es todo una canto a la alegría, al romance, a los besos sobre la mano, dados por alguien que se dedica a conquistarnos por medio de dulzura y comprensión. Allí llega el momento en que esta Flapper se torna amorosa y romántica, como lo hace este perfume, se torna cálido y también receptivo a un amor verdadero.
Así Flapper me envuelve en un aroma exótico pero también de ciudad, una mezcla de muchas mezclas, en una noche que nunca termina. El aroma algo empolvado le añade mucho glamour, y un cierto ligero aroma a coco, a guantes antiguos, a piel de melocotón, a ojos que miran, a paseos y también a tranquilidad, siguen por mi piel llevándome a estos tiempos.
FLAPPER en un perfume floral: notas de azahar de limón dulce, mandarina, pimenta rosa, hoja de menta perila, absoluto de mango, lirio de arroyo (mariposa blanca), datura, gardenia, jazmín, vainilla, musk blanco, hojas rubias de tabaco y faba tonka.
Un aroma, una intoxicación extraordinaria, es sumamente poderosa, es un tiempo que no hace más que ofrecerme hermosas emociones. El conjunto de sus notas tiene mucho de magia, es un ejemplo de la aventura en el mundo eterno de los perfumes.
Flapper, de esta compañía radicada en Hollywood tiene todo el aura de un tiempo que vuelve por medio de estas fragancias. Y aunque Flapper es mi favorita, las demás merecen que hable de ellas en próximos artículos, como también lo haré con sus nuevas fragancias de Absenta.
Flapper Test
Opus Oils es realmente un viaje a otro tiempo. Otras de sus colecciones inspiradoras son BURLESQUE (De donde deseo probar Gypsy) DIVINE (donde Isis me seduce ya sin haberla todavía olido), ISLAND GIRL (Tropique, Tiaré, tengo que probarlos también)..
Los perfumes de Opus Oils se hacen para todos aquellos que amen esa época. Hombres y mujeres que tienen parte de su corazón en algún lugar cerrado, una cajita sobre la estantería de una tienda de antigüedades, esperando que alguien se decida abrirla.
OPUS OILS
Imágenes:
1926 © Underwood & Underwood
© H. Armstrong Roberts
Ilustracion 1920 © PoodlesRock
Flapper y fondo compacto de Cartier © Condé Na