Flashes neuronales en una tarde de domingo lluvioso

Explosión mental y un leve cruce de energías entró en corto.
Una nuca y un aliento por detrás.
Te veo, no me ves.
Te importa, no me importa.
Me miras, me miras….
¿Y dónde está vos?
¿Qué va? Me pregunta, ¿Y qué puede ir? Respondo
“No sé”, me dice. Y bueno, “lo veremos en la marcha”, contesto…
Y es como supuse. No hay nada peor que venir a 150 kph y cambiar de volante en medio del camino…
Porque claro,  ¿Qué puede suceder?  En el mejor de los casos unos giros violentos. En el peor, volcar y encomendarte a un halo protector que sólo se apiade de vos.
Son volantazo cerebrales cargados de hastío y tiempo. Como ideas enfrascadas en peceras operadas.
Pero no hay nada más que acotar, mejor acordar…
Los cubos mentales solo ensortijan cubos verbales….
Nada concreto se desprende de un cubo, salvo que sea mágico. Y en este caso la sordidez quemó la luz.
Un rapto encriptado, de un día acabado.

(La normal inadaptada)

Autor: MP – 25/7/10