Revista Opinión

Flat Earth (Tierra plana): ¿retrasados mentales o picaresca?

Publicado el 10 julio 2019 por Carlosgu82

¿Qué pensarían Copérnico o Galileo si levantaran la cabeza? Se quedarían de piedra al oír que alguien defiende hoy que la Tierra es plana habiendo el hombre pisado la luna.

Llevábamos siglos sin poner en duda que la Tierra es redonda, más allá de Samuel Rowbotham y la Flat Earth Society, del siglo XIX, nadie lo cuestionaba. El terraplanismo no es más que una teoría marginal que nunca se ha tomado en serio, que nadie piense que esto es algo nuevo, simplemente es como el Guadiana que aparece y desaparece.

Esta vez ha sido un señor llamado Eric Dubay, quien a finales de 2014 comienza a popularizar la idea de una Tierra plana en Estados Unidos. Difundió este intelecto superior un pdf de 35 páginas con 200 pruebas a su entender que demuestran que nuestro planeta no es una esfera que da vueltas. Lo curioso, es que la idea ha ido recibiendo el apoyo de personajes más o menos populares, como Kyrie Irving, jugador de la NBA, Tila Tequila, actriz y cantante, o hasta el famoso actor de Hollywood Jim Carrey. En realidad, el mito de la Tierra plana se enmarca más bien en el clima de desconfianza hacia el poder en los últimos años. Ese mismo clima que ha dado lugar al Brexit y a la victoria electoral de Trump.

Existen dos pensamientos que caracterizan a aquellos que creen en esta teoría: el religioso y el conspiranoico. La Tierra Plana certifica para los seguidores de esta hipótesis la prueba definitiva de la existencia de un Dios. Estos creyentes o seguidores de tan descabellado planteamiento, están convencidos de que el mundo está controlado por un grupo masónico que concibe a Satanás como la figura que salvó al ser humano de la ignorancia.

En España tenemos a un visionario, que por cierto se está forrando con el merchandising, un tal Oliver Ibáñez, que aporta la alienada idea de que desde hace cientos de años ha habido «una élite mundial que gobierna en la sombra y ha hecho todo lo posible para suprimir nuestra capacidad de encontrar la verdad. De modo que los descubrimientos de Copérnico y la teoría heliocéntrica, Newton o Darwin fueron financiados y apoyados por la corrupta iglesia católica y la masonería». Semejantes cretinos han llegado a referirse a la teoría de la Tierra esférica como «la mentira satánica del Globo» y a la suya como «la Tierra Plana de Dios».

Sería normal y hasta lógico, sin duda, que lo hicieran por motivaciones lucrativas. Pero que no mientan, que divulguen su película, pero que no intenten hacer de una serie de ciencia ficción una ciencia o una ley fundamental. Convertir un tema en algo de interés consigue incentivos, eso está claro, hay gente que lo exporta a sus vídeos y blogs, es una manera de conseguir ingresos publicitarios, apariciones en televisión o conferencias normalmente pagadas, ventas de libros, y otros tipos de ingresos. Si esto se consigue hacer viral en internet y además se le da un tinte de cierto peligro, más interés produce todavía, y más opciones de monetizar, es el marketing del miedo.

Pero, ¿cómo se crea ese miedo? Algunos lo definen como secta, otros dicen que van a terminar con la ciencia. A esto añadamos el interés de los medios por lo que está generando la polémica, y por por supuesto por la audiencia; el resultado es la respuesta a la pregunta que nos hacíamos al principio. Es en realidad un ataque contra la ciencia y la razón que está generando mucho tráfico. Pero lo más absurdo es que esto encima sea rentable para estos, no sé si llamarlos subnormales o espabilados, que se erigen en caballeros salvadores en lucha contra una mentira insertada maliciosamente en nuestro inconsciente desde el nacimiento. Esto sólo es en realidad un trabajo rentable para mejorar los recursos de su anodina vida. Eso sí, cada cierto tiempo hay que frenar y dejar descansar a la gallina de los huevos de oro, para retomarlo de nuevo con más fuerza en la misma dirección o en otra que en el momento concreto parezca más atractiva.

Por todo ello, y a la vista de los datos y la ciencia, que haya una mínima cantidad de gente en el mundo que crea algo sin sentido, como esto de lo que hablamos, que la tierra es plana, es hasta casi normal. De acuerdo con la teoría de Carl Rogers, probablemente esto ayuda a fomentar la personalidad de gentes funcionales, que no adoptan una actitud defensiva ante lo desconocido, sino que prefieren explorar nuevas posibilidades. Quizás porque no sienten que están ante una situación claramente peligrosa. Aunque también podríamos entender con esto otras teorías como el marketing, los modelos de monetización de los contenidos o la propia economía de la atención. Lo paradójico es que todo este contenido sobre los terraplanistas está siendo generado por antiterraplanistas, eso sí que no es normal.


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