Revista Libros
Flavia de los extraños talentos es una novela de misterio para adultos y jóvenes, contada desde los ojos de una niña de once años. Con un humor escabroso e inocente al mismo tiempo, Flavia de Luce se yergue como una mezcla entre Los cinco de Enyd Blyton y cualquier protagonista suspicaz de una novela de Agatha Christie.
Sin embargo, consigue algo muy difícil y es mantener la frescura de una protagonista de once años sin caer en el infantilismo ni en el excesivo tono maduro.
Corre el año 1950. Flavia de Luce, con casi once años, vive en una oscura mansión de la campiña inglesa, junto a su padre, militar retirado y amante de los sellos, y sus dos hermanas mayores, con las que sostiene una relación de amor-odio. La vida transcurre, con sus penas y sus glorias, sin apenas sobresaltos, hasta que Flavia encuentra un cadáver en el jardín, y todo hace pensar que su padre tiene algo que ver... Así, Flavia se sentirá obligada a intentar limpiar el honor de su padre, y de paso aclarar el misterio.
Flavia tiene la suerte de vivir en una mansión que cuenta con un maravilloso laboratorio decimonónico. La química es su vida, pero la resolución de misterios también le atrae. Especialmente el pasado de su padre, que esconde oscuros secretos que saldrán a la luz a raíz de este asesinato.
Ignorada por su padre y mortificada por sus hermanas, Flavia se convertirá en la protagonista cuando su innata curiosidad la empuje a intentar descubrir el misterio. Montada en su querida bicicleta Gladys y con el pequeño pueblecito de Bishop’s Lacey como telón de fondo, Flavia vivirá su aventura sin dejarnos indiferentes.
Flavia hace conjeturas. Se equivoca y vuelve a hacerlas. Se pasea con su bici y sus coletas. Tiene miedo. Planea venganzas complicadas contra sus hermanas. Echa de menos a su padre. Unos once años muy especiales, pero once años, al fin y al cabo. Eso sí, los malvados antagonistas a los que se tendrá que enfrentar no tienen la candidez de los libros juveniles. Flavia corre peligros muy reales y se agradece que sea coherente en todo momento con la edad de la chiquilla.