Estaba sin blanca
Apuraba los vasos de cerveza caliente de las mesas antes de que los recogiera el camarero
Salí a la calle a pedir y después de una hora me dieron casi para una pinta
Hacía mucho frío
Entré de nuevo en el Moose y deambulé mirando al suelo por si encontraba unas monedas
Una colilla espachurrada
Aún humeante
Se extinguía en el suelo
El filtro tenía una mancha de carmín
El humo era retirado de su ascua como una prostituta vieja del burdel y como una atracción anticuada de la feria
Me sentí igual que cuando miré las Giant Fagends de Claes Oldenburg.
Inacabado (“poème abandonné”).
Jorge Heras, Copenhague (Inédito)