Florencia es una ciudad como pocas otras. Con un encanto de los Medici y con una arquitectura que deja a las personas sin aliento consideramos que es un must en el camino.
Tuve la suerte de llegar a Florencia realizando el segundo Interrail. Ya todos sabíamos que había que parar en ella, pero nadie esperaba lo que nos encontramos al llegar. De ese viaje hay una imagen que nos persigue, y es tomarse un helado en Florencia mientras veíamos el atardecer sobre el Ponte Vecchio.
Con las impresionantes vistas de Florencia
Florencia fue el centro cultural de la corriente que se originó en la segunda mitad del siglo XIV, lo que todos conocemos como el Renacimiento. Fue una de las cunas mundiales del arte y de la arquitectura y tuvo en la familia de los Medici su mayor exponente.
Lo que más llama la atención de esta ciudad es su espectacular Duomo, La Basílica de Santa Maria del Fiore. Es una de las obras más importantes del arte gótico que se produjo en el Renacimiento italiano, siendo un símbolo de riqueza y de poder, destacando la cúpula de Brunelleschi que tiene la impresionante altura de 100 metros.
La Cúpula de Brunelleschi
Pero Florencia no es sólo su Duomo, sino que también tiene otra nota característica, algo que es reconocido internacionalmente, y es el Ponte Vecchio, un puente situado sobre el río Arno y que es el centro de los artesanos, sobre todo joyeros, de Florencia y que ha sido así desde su construcción, siendo el primer puente realizado totalmente en piedra en Europa. Como anécdota cabe señalar que durante la Segunda Guerra Mundial el Puente no fue destruido, como si lo fueron todos los demás puentes por donde el ejército Nazi se desplazaba, y esto e debió a una orden directa de Hitler.
Paseando por el Ponte Vecchio
Junto con el Ponte Vecchio y el Duomo el siguiente punto de interés en Florencia es Piazza della Signoria, el centro de la vida civil de la ciudad. Durante los siglos del Imperio Romano, la plaza era una instalación termal hasta que a principios de la Edad Media fueron desapareciendo y la plaza fue tomada finalmente por artesanos.
Florencia es una ciudad que merece la pena visitar, una ciudad con un lugar importante en la historia y un lugar donde el arte y la cultura cobraban una importante enorme.
Florencia con su Duomo
Como anécdota personal cabe señalar que en Florencia comí una de las pizzas más deliciosas que he probado en mi vida y también donde, aunque parezca extraño, el techo del albergue donde dormíamos se cayó encima nuestra. Dos cosas que el tiempo nunca podrá borrar de mi memoria.