¡Menudo fin de semana hemos pasado! No podíamos pedir más en cuanto al tiempo. Estamos a mediados de febrero y parece que la primavera se ha adelantado. Ayer mismo, ambas pasábamos un día de campo, en compañía de nuestras parejas y nuestros amigos, de lo más agradable. Risas, charlas, crema solar, cervezas, tortilla de patatas y pollo asado... Un lujo ni siquiera superado por ninguna estancia en la mejor suite del mejor hotel de la mejor ciudad del mundo. Son esas pequeñas cosas, que diría Serrat, las que nos hacen disfrutar de una estación con las características de otra. Porque aquí, aunque no lo creáis, la primavera no existe. De los abrigos pasamos al biquini sin solución de continuidad. Nosotras celebramos nuestra inexistente estación pre-estival con otros pequeños detalles. Qué mejor forma de servir los ricos manjares diarios sobre floridos y alegres manteles como los que hoy os mostramos. Ni que decir tiene que ya sabréis cuál es de una de nosotras y cuál es de la otra, si el primero o el último...
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¿Qué tiempo hace por vuestras poblaciones? ¿Y qué tal vuestros manteles? ¿Son floridos?