En las mujeres con menopausia existe una tendencia general a presentar dificultades en la esfera personal, relaciones sociales, sexuales, laborales, familiares y escolares, y que no están exentas de conflictos y frustraciones. Durante esta etapa ocurren cambios fundamentales en la mujer, tanto físicos como psíquicos, que naturalmente interactúan mutuamente. La mujer en este periodo presenta una imagen menos atractiva físicamente, ya que con la caída de estrógenos aparece hirsutismo, sequedad de la piel, acumulación de grasa en la línea media del cuerpo y pierde la turgencia de las mamas, esta imagen modificada influye en su psiquismo, perdiendo seguridad y confianza y apareciendo constantemente complejos de inferioridad, que desfavorecen la autovaloración.
Ante cualquier circunstancia de la vida, sea: enfermedad, muerte, separación, la persona va a tener una conducta frente a este hecho. En la menopausia, se puede constatar que la mujer se conduce de forma pesimista ante la vida generalmente tomando conciencia de que durante la menopausia y climaterio ha llegado con una vivencia de haber envejecido, que se acompaña de cambios en la autovaloración personal, quejas de estado de ánimo, displacentero y excitantes (distimia y ansiedad) y múltiples quejas somáticas.
Diversos han sido los esfuerzos por encontrar o acercarse a un tratamiento que permita eliminar o reducir los síntomas, tanto físicos como emocionales que acompañan a la mujer en esta etapa que como hemos dicho son: cambios en la morfología del cuerpo, osteoporosis, fragilidad capilar, sequedad de la piel, acumulación de grasa en la línea media del cuerpo, cansancio, oleadas de calor, sudoración y dolor en las piernas, lo cual genera alteraciones psicológicas y emocionales como son: depresión, ansiedad, pérdida de la autoestima, inseguridad, labilidad afectiva e irritación del carácter.
Manifestaciones psicológicas
• Ansiedad • Tristeza • Pesimismo • Depresión • Preocupación • Llanto • Miedo • Inseguridad • Sentimiento de inferioridad.
Con el propósito de mejorar dicha sintomatología, que compone el síndrome climatérico, la mujer ha sido objeto de tratamientos hormonales con sus lógicas secuelas (pueden al mismo tiempo acelerar el desarrollo de cáncer de mamas y útero, que son tumores hormonodependientes; no ayuda a fijar el calcio, ni restituir el que se pierde con la aparición de la osteoporosis y afectan los vasos sanguíneos favoreciendo la formación de alteraciones que pueden dar lugar a otras complicaciones) y además el costo económico. Muchos han sido los intentos psicoterapéuticos, ginecológicos, endocrinológicos, reumatológicos, con sedantes, vitaminas y minerales; sin embargo, a pesar de todo, no ha sido posible eliminar dichos trastornos propios de la edad.
De acuerdo al patrón estructural de la personalidad, se organizan los modos habituales de ver, comprender y responder la persona ante los distintos hechos y circunstancias de la vida, pero sucede que en la menopausia, producto de los cambios hormonales que modifican tanto los hábitos externos, como el funcionamiento integral del organismo, esos modos habituales de ver, comprender y responder sufren modificaciones que dan lugar a un empeoramiento de los síntomas que acompañan al climaterio, como puede suceder con la ansiedad, que por regla general presenta un incremento en dicho período. Este incremento de la ansiedad ha sido objeto de diversos tratamientos por diferentes especialistas sin embargo, no se ha podido superar de manera efectiva la sintomatología que acompaña a la mujer menopáusica.
Con el tratamiento de la terapia floral con los elixires indicados para la menopausia, más la flor caracterológica de la persona se ha podido constatar la efectividad de esta terapia para la remisión rápida de los síntomas y el mejoramiento de los estados emocionales, tomando una actitud optimista y una nueva óptica para ver la vida. El tratamiento con la terapia floral no crea secuelas ni complicaciones, remite rápidamente los síntomas y actúa sobre la causa que los originó, que son en gran medida causados por lo síntomas emocionales negativos “las que según el Dr. Bach, son las causas de las enfermedades cuando estas se cristalizan en el cuerpo”.
Los cambios anímicos proporcionados por la Terapia Floral, tiene una importancia extraordinaria, ya que la raíz de las enfermedades está dentro de nosotros mismos, en nuestra forma de pensar y afrontar los cambios y el crecimiento psicológico. El proceso de curación no trata únicamente de eliminar determinados síntomas de una enfermedad, sino restablecer integralmente el equilibrio energético. La enfermedad no sólo es el resultado de los trastornos corporales, sino que tiene su ritmo en los sentimientos y posicionamientos negativos que bloquean nuestra energía vital.
El Dr. Bach, interrelacionó la frecuencia vibracional de determinadas flores con el carácter y la personalidad de sus pacientes. De este modo, la terapia floral se rige por el método vibracional por excelencia, capaz de ayudarnos a un auténtico equilibrio y bienestar psicosomático, posibilitando una nueva mirada a la vida, con mejores expectativas y un dinamismo diferente, que nos lleva a una curación tanto física como espiritual.
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