En la calle Justiniano, de a penas una manzana de largo, se esconden algunos de los locales con más encanto del centro, uno de ellos es como una flor que crece entre el asfalto por su rareza y delicada esencia, se trata de la tienda de Carmen Muñoz, en ella se dedican a pintar vajillas y cerámicas diversas... son especialmente hermosos los motivos florales que dibujan sobre platos y tacitas un jardín que, si tienes ocasión, te recomiendo para pasear.
escaparate de la tienda, más info en la web