Revista Espiritualidad

Fluyendo

Por Ana

FLUYENDO

corriendo


Daniel Goleman nos habla del estado en el que las emociones se ven activadas, positivadas y alineadas con la tarea que estemos llevando a cabo, a esto lo llama fluir.En este estado, la atención se focaliza tanto que la persona solo es consciente de la estrecha franja de percepción relacionada con la tarea que está llevando a cabo, perdiendo toda noción del tiempo y del espacio.El flujo es un estado de olvido de uno mismo, el opuesto de la reflexión y la preocupación, un estado en el que la persona, en lugar de perderse en el desasosiego, se encuentra tan absorta en la tarea que está llevando a cabo, que desaparece toda consciencia de si mismo y abandona hasta las más pequeñas preocupaciones de la vida cotidiana. Los momentos de flujo son momentos en los que el ego se halla completamente ausente. Se produce un control extraordinario sobre lo que se está haciendo. Desaparece toda preocupación y se produce una gran placer con la realización. Para entrar en flujo es necesaria la concentración. Ocurre cuando dominamos una determinada tarea después de esfuerzo y disciplina, entonces abandonamos la inquietud emocional y afrontamos la tarea sin el menor esfuerzo. Cuando estamos en flujo desaparece todo ruido emocional.Para conseguir este estado de flujo es necesario un equilibrio. Pues si aumenta demasiado nuestra destreza, la tarea se vuelve muy sencilla y eso la hace aburrida, en cambio una tarea muy compleja produce ansiedad.

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