- Claustrofobia: A quien coñ... le gusta estar encerrado en un espacio pequeño, opresivo, y tetrico? Puede que haya gente a la que le vaya el estar en sitios que son como cajas de zapatos, pero lo normal es que la libertad de movimientos y el aire respirable sea lo más deseable para la gran mayoría. Ascensores estropeados, sótanos típicos de película de psicópata americano con lavadora y cadenas en la pared incluidas, armarios viejos y malolientes, habitaciones diminutas dignas de la monja más asceta y masoca, etc... No creo que el hecho de que sitios tan encantadores le pongan a uno nervioso sea nada del otro mundo, la verdad.
- Agorafobia: Hay gente que tiembla solo con pensar en salir a la calle, y está claro que es algo exagerado, pero teniendo en cuenta la cantidad de riesgos que se corren al salir de casa, quizás no sea tan exagerado, después de todo. Tráfico fuera de control, gente deseando hacer preguntas de lo más cabron...s, compañeros de trabajo y vecinos esperando para poder hacer sus mejores putad...s, comida rápida generadora de colesterol y diabetes por todas partes, productos que no se necesitan pero que son adictivos en cada esquina, etc... Cada vez que se sale del preciado hogar se corre el riesgo de no volver a ella con la cabeza sobre los hombros, así que a lo mejor la agorafobia no es algo tan irracional.
- Arañas: Son feas, peludas, tienen ocho patas y ocho ojos, envuelven a sus presas en una tela asquerosa que hacen y que les sale del culo, algunas pican cuando se las molesta y dejan alguna pequeña señal como premio en la piel, y otras inyectan su veneno en las presas y en las personas que andan cerca de ellas y a veces incluso las matan con él. No entiendo porqué algunos van al psicólogo para tratar su fobia a estos bichos inmundos porque, francamente, muy adorables no es que sean.
- Peces: Van por el agua, tienen una mirada carente de vida, abren la boca sin mesura nadie sabe porqué, y están llenos de espinas que pueden causar la muerte de la gente que tiene el mal gusto de comérselos, que es mucha, la verdad. Con estos rasgos tan bonitos está claro que son los candidatos perfectos para estar en la lista de las fobias más habituales y menos irracionales del planeta.
- Aviones: Hay personas que adoran viajar en avión. Sacan su libro o revista de rigor, su almohada tamaño caniche de la maleta, y su antifaz de fulana de clase alta, y se lo pasan bomba conquistando los cielos cada vez que tienen que ir en transporte aéreo. Sin embargo, teniendo en cuenta el hecho de que no se puede salir de él hasta que aterriza, o sea, en unas cuantas horas, que si se incendia o cae el mar o a tierra no sobrevive ni dios, y que estirar las piernas en él no suele ser muy posible excepto en el caso de aviones vip o muy grandes, que suelen ser los menos, es muy normal que mucha gente, entre la que me incluyo, se tome un valium y un whisky cada vez que sube a uno de los susodichos aparatos.
- Altura: El miedo a las alturas tiene su explicación en algo muy simple: no somos pájaros. Somos personas y vivimos en tierra firme. Por eso la fobia a las alturas me parece de lo más razonable que hay. Por eso, y porque por más que queramos aún no se ha inventado sustancia ni droga que pueda hacer que nos crezcan unas alas en la espalda.
Bueno, espero haber arrojado algo de luz al mundo de las fobias entre tanta oscuridad y ambigüedad nadando alrededor de ellas. Me he dejado unas cuantas, más que nada porque la lista es infinita, pero siempre se puede ampliar en otro post cuando la inspiración desaparezca para irse a jugarse el dinero al casino o al bingo o para sabe dios el qué... Hasta otra, miedosos!
No me digas que no te entran ganas de ser mi amigo...