Con el peinado sí que he tenido total libertad porque cuando llegó el encargo aún no sabían cómo irá Julia. Por eso, y porque conozco personalmente a la niña, he pensado que algo sencillo, que le deje su preciosa cara libre le vendría de maravilla. Algo sencillo y cómodo, que Julia tiene que pasárselo bien ese día sin que nada le moleste.
De esta manera irá a juego con el vestido que igualmente es muy cómodo de llevar. Algo que a mí me parece fundamental para poder correr, saltar y casi casi hacer piruetas en ese día tan especial. 
Y pasito a pasito el miniyo de Julia está terminado y este es el resultado.
