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Esta impresora 3D de comida es cuanto menos interesante. Puesto que el simple hecho de decir imprimir comida hace que cualquier persona cabal te diga que no estás en tu sano juicio.
Pues bien, este proyecto lleva un 60% de la financiación recaudada en kickstarter cuando aún quedan unas semanas para que finalice. Algo que ha hecho posible que podamos ver esta impresora de comida.
Cuando hablamos de proyectos nos viene a la cabeza poca flexibilidad y funciones, puesto que en los inicios suelen haber carencias, pero en este caso no son tan escasos los ingredientes y las posibilidades de comidas diferentes que realiza Foodini.
El funcionamiento de Foodini según Emilio Sepúlveda, CEO y Co-fundador de Natural Machines es el siguiente: “la impresora se sirve de cápsulas donde podemos meter cualquier alimento que no sea sólido. Como masa de pan o bizcocho, puré de patatas, cualquier cosa que se pueda triturar… Y esas cápsulas, para que todo el proceso sea más cómodo, tienen que poder colocarlo en grupo dentro de la impresora y no una a una.”
Y todo esto surgió, según comenta Emilio Sepulveda, “alrededor de la confección de repostería“. Por lo visto dos de los fundadores trabajaban en una repostería y tenían mucha demanda, era complicado el sistema de congelación y de trasportarlos.
Por ello tuvieron la idea de llevar “la fábrica” al usuario, para que así saliese más barato y el trasporte fuera sólo el de los ingredientes.
También indican que los comentarios sobre la impresora 3D de comida los comparan con “la reacción mixta que hubo cuando aparecieron los microondas”, que había personas que decían que ya había hornos en casa y que provocarían cáncer, y hoy en día hay un microondas en cada hogar.