Revista Educación

Forastero en tierra extraña

Por Siempreenmedio @Siempreblog

Forastero en tierra extraña

7 diciembre 2013 por araphant

Cuando uno se va a vivir a un país extraño y pasa cierto tiempo fuera de su lugar de origen, el regreso es un tanto extraño. Mientras se está fuera, se echa de menos el hogar, la familia, los lugares conocidos… pero al volver, el tiempo pasado lejos parece un sueño. Tal vez porque no hemos llegado a ese punto en que el sitio donde vives se convierte en tu hogar, por delante de nuestro lugar de nacimiento. Sé que llegará un momento en que el tiempo y la vida convierta mi nueva casa en mi hogar y me sienta un extranjero cuando vuelva a la tierra que me vio nacer. A lo mejor a eso se refería Séneca con su frase: “No nací en un rincón remoto, mi patria es el mundo entero”; y por eso soy partidario de la apertura de fronteras, de la libre circulación de personas, de la tolerancia y la aceptación del extranjero. Por eso men da rabia y vergüenza los muros, vallas y cuchillas. Porque sé que cualquier extranjero deja de serlo con el paso del tiempo y que el mestizaje y la fusión de culturas no restan sino que suman.

Me causa una gran tristeza pensar que hay gente empeñada en mantener lejos a los que no son como ellos, a los que no han nacido con su mismo color, con sus mismas culturas o en el mismo país. Pensar que hemos dividido el mundo en unas fronteras imaginarias que nos impiden conocer y aceptar lo diferente. No hay nada mejor que convertirse en emigrante para saber lo que es estar lejos de casa, adaptar nuestra forma de vida al país que nos acoge y enriquecer nuestra vida con cosas nuevas, además de aprender a sobrevivir como forastero en tierra extraña. Ojalá todos nos consideráramos así, como extranjeros en una tierra que no nos pertenece sólo a nosotros, sino que es parte de un mundo mucho más rico que debería pertenecernos a todos.

Boyacá


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