Ford Thames Van de Husky

Los Husky dentro de los “autitos de colección”, de mi infancia, fueron los coprotagonistas, o actores de reparto, en los juegos sobre la colcha de planchar encima de la mesa libro de formica blanca con manchas negras. La Ford Thames Van fue uno de esos juguetes que animaron las tardes en un departamento en el barrio de Recoleta.

Como he mencionado en alguna nota de esta misma sección sabatina, “Garaje Miniatura”, los Husky estaban un escalón por debajo de los Matchbox en mis preferencias a la hora de jugar con los “autitos de colección”.
Pero no por eso no fueron cuidados. De hecho hasta ahora los que hemos visto están en buenas condiciones pese al paso del tiempo. Lo que reconozco que esta camioneta británica perdió, vaya uno a saber dónde y cuándo, su escalera de plástico que iba en el techo.
Si mi memoria no me falla la escalera era de color amarilla. Pero, como suelo decir: la memoria es excelente para recordar, pero pésima para documentar, no pudo aseverarlo con todas las letras. Pero, sí recuerdo la escalera sobre el techo que iba acoplada a esos tetones que tiene.

Las que han sobrevivido son las dos puertas traseras verticales de plástico. Esa era una de las diferencias con los Matchbox, los Husky no están hechos de forma tan resistente. Tenían partes más débiles, como sus chasis de plástico cromado.

Que además hacían las veces de suspensión. Lo que tiene un parecido, con los primeros Matchbox de la década del cincuenta, son las ruedas. Las famosas ruedas grises de los autos a escala que hacía la empresa Lesney Products & Co. Ltd.

La pintura de la carrocería tiene algunas cachaduras, seguro producto de los juegos, y en parte por no tener caja de cartón, donde guardar la pieza. Estos Husky venían en un blíster de plástico transparente y cartón. A diferencia de sus compatriotas los Matchbox, con sus famosas cajas de cartón.

Lo que recuerdo de los Husky era que no venían de la Librería San Agustín. Mis padres los compraban en alguna juguetería del barrio. Tengo la duda si en la mencionada librería no llegaron a vender algunos Husky. “Autitos de colección” que eran más baratos que los Matchbox.

Por eso muchos chicos de aquellos años los consideraban de menor calidad. Pero ambas marcas han sobrevivido a mis juegos de la infancia y al mandato de mis padres que los cuidara. Tanto los cuidé que ahora, en pleno siglo XXI, se los puedo mostrar en estas notas.

Notas que nos llevan a más de 50 años en el tiempo. Cuando un chico porteño preparaba el escenario con una colcha de planchar, robada de su uso cotidiano, más otros elementos para darle vida a esos juegos por la tarde. Los protagonistas eran esos pequeños autos a escala.

Los Husky que se mezclaban con los Matchbox, y con otras marcas de “autitos de colección” que ya veremos en esta misma sección de los días sábados. Todos unidos para darles vida a situaciones copiadas de la realidad que nos rodeaban en los años sesenta y setenta.

Juegos que eran entrenamientos de la vida misma, claro que sin darnos cuenta de ello. Como del aprendizaje que hacíamos al conocer marcas y modelos de autos. Para luego descubrirlos en una revista, publicidad, película o serie de televisión.

A veces pienso que habría sido de nuestras vidas de niños fierreros sin haber tenido a mano un Husky, un Matchbox, un Politoys, un Buby o como se llamare la marca del auto a escala. Nuestra educación fierrera hubiera sido incompleta y ahora, de adultos, lo estaríamos lamentando.

Para los que tengan ganas de ver todos los “autitos de colección” del “Garaje Miniatura”, les dejo el enlace con la página donde están todas las notas publicadas hasta la fecha:

http://archivodeautos.blogspot.com.ar/p/garaje-miniatura.html
Mauricio UldaneEditor de Archivo de autos
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