Me gusta el humor de Forges pese a esa querencia suya a no morder nunca la mano que le da de comer, lo que merma de alguna manera, la sana crítica a la que todo periodista ha de someter a los políticos de turno, sean del sgino que sean. La viñeta publicada por El País el mismo día que el gobierno -recuerden vds. que estamos “de facto” en campaña electoral- anuncia la reducción del IVA cultural, escogió el peor momento amén del desacierto que supone la comparación de un impuesto -más o menos justo- con el terrorismo internacional, ahí es nada. La cultura es un término muy impreciso en el que caben demasiadas cosas, incluido un cine nacional que cobra sustanciosas subvenciones para repetir películas sobre nuestra triste Guerra Civil, en las que sistemáticamente uno de los bandos, el ganador, es denostado hasta la saciedad por parte del director de turno, y repartirse autobombo en un “remake” de los “Oscar” de Hollywood unos pocos meses después. Todo ello con el dinero de nuestros impuestos. Pese a que en Estados Unidos se realizan las mejores cintas y sus directores firman películas inolvidables, la industria, allí, no está subvencionada, sino que particulares arriesgan su capital en las producciones para ganar unas veces y perder otras. Mientras papá Estado alimente el supuesto mundo del “arte” para que nuestras estrellas brillen con el “glamour” propio de su condición, nuestro país no será competitivo en este ámbito. Y si para reducir la lista de espera de quienes han de permanecer largos meses en sus casas sin poder desplazarse porque el sistema de salud público no dispone de los medios materiales y humanos suficientes para cambiar una cadera, he de pagar un veintiuno por ciento de IVA por leer cincuenta sombras de Grey, bien invertido está. Y además ahora lo reducen. Una maravilla.