- Análisis externo. El objetivo es tanto las diferentes teorías, modelos y tendencias en materia de liderazgo y dirección, así como analizar cómo desarrollan este tipo de prácticas compañías similares a la nuestra.
- Análisis interno de la compañía. Encuadre del modelo dentro del marco estratégico, así como el diseño de su origen desde la especificidad del negocio y capital humano de la misma (con la definición preliminar de los perfiles y las funciones de aquellos que asumen el rol de dirección).
- Diseño, planificación y desarrollo del estilo de dirección propio de la organización. El Modelo de Dirección de Personas. En base a todos los datos extraídos de la anterior etapa de análisis, se construye el Modelo de Dirección de Personas, que tiene en cuenta, tanto desde la voz del negocio como de los empleados, los siguientes aspectos:
- Definición de los comportamientos (qué, cómo y cuándo).
- Utilización de las herramientas disponibles en la compañía.
- Pre-Test.
- Ajuste de las funciones/subfunciones/comportamientos asociados al rol.
- Implantación. En este sentido, una vez desgranado el proceso de construcción del modelo de dirección de personas, puede extraerse del mismo que uno de los principales propósitos de este ejercicio de planificación estratégica es que la organización esté preparada constantemente para, proyectar la situación ideal a la que se quiere acceder, afrontar el futuro y obtener beneficios a través de la alineación de su desempeño con aquellos valores, misión y visión que la componen. Por lo tanto será fundamental, a la hora de abordar un proyecto de esta tipología, un posterior trabajo con los directivos y managers de sensibilización y formación para la implantación de las funciones, comportamientos y habilidades directivas definidas por el modelo. Por supuesto esta vez en base al modelo de dirección de personas diseñado. Ya que todo ello supone un aspecto clave sobre el que se debe reflexionar inicialmente, generando un pensamiento sistémico donde los objetivos principales son servir como instrumento de comunicación, compromiso y control, y disminuir el nivel de inseguridad en el qué y cómo hacer del desempeño diario. Garantizando al mismo tiempo la implantación de modelos de dirección de personas no sólo hechos a medida, sino sostenibles en el tiempo y viables económicamente. ¿Por qué?
- Apoyo de la dirección. En primer lugar, basándonos en los planteamientos del profesor americano John P. Kotter, porque la definición de un estilo propio de dirección, es decir, el modelo estratégico de dirección de personas ejercido por la cúpula más alta de la misma y los diferentes managers de la compañía será diseñado de forma específica y conjunta para la organización, de acuerdo a su marco estratégico. Lo cual le permitirá gozar de una coalición rectora lo suficientemente fuerte como para que toda la firma en su conjunto, incluida su dirección, lo apoye activamente y así cuente con todos los activos necesarios para superar la inercia y tradición arraigada en sus estructuras durante el paso del tiempo.
- Foco estratégico. En segundo lugar, porque el nuevo modelo de dirección de personas que definirá las conductas de los líderes habrá sido diseñado a su vez poniendo el foco en una inspiradora visión. Aportando de esta manera luz y por tanto rumbo a la gestión de nuestro capital humano. Dónde queremos llegar y cómo. En definitiva, dirigir, alinear e inspirar las acciones de un gran número de personas para dar sentido al esfuerzo que supone un posible cambio de hábitos en quienes, de una manera u otra, tienen consigo la gestión de personas –implícita o no– dentro de sus funciones. Y es que sin una visión adecuada, el ejercicio del liderazgo puede convertirse simple y llanamente en una tarea confusa y muchas veces incoherente o incompatible que conduce a la organización, y aquellos equipos que la componen, en la dirección equivocada o lo que es peor, a ninguna parte.
- Equipo. Compromiso y transparencia organizacional. Cabe destacar en tercer lugar que, confeccionar un traje a medida para el liderazgo de la empresa, donde toda medición provenga no sólo de las percepciones y mediciones (algunas veces erróneas) de la Dirección, sino también del sentir y las necesidades de la plantilla (incluyendo en este término todo tipo de perfiles), supone un hecho que además de dotar un mayor protagonismo a la voz del empleado. De manera que se atiendan de forma mucho más cercana las necesidades y preferencias de quienes componen el negocio, se promueva a su vez un ejercicio integral de responsabilidad y compromiso con el nuevo modelo a construir, así como se consiga aplanar con éste la verticalidad que pueda encontrarse en el organigrama o la estructura empresarial. Pues la suma de todo ello, supondrá un potente resorte organizacional ante las posibles grietas u obstáculos que bloqueen la nueva visión planteada por el proyecto.
- Orientación a resultados. En cuarto lugar, decantarse por la construcción de un modelo de dirección de personas ayuda a enfocar a la organización hacia los resultados dado que, especialmente si hablamos de un período estratégico de cambio, éste ha sido definido y operativizado en unos comportamientos determinados en base a la cultura organizacional, su visión, y los requerimientos del negocio a la hora de garantizar la productividad de la plantilla y el éxito en los procesos empresariales.
- Facilidad en el feedback. En quinto orden, y como ya ha sido lanzado en el párrafo anterior, definir unos comportamientos asociados al rol ideal de líder en la organización en cuestión ayuda a establecer una clara hoja de ruta y guía en la dirección de los equipos, así como permite establecer un feedback casi instantáneo y personal de cómo estamos ejerciendo nuestro liderazgo y si éste se encuentra realmente alineado con el marco estratégico de la compañía.
- Sostenibilidad en el tiempo. Sin duda, dado el alto índice de rotación al que las empresas están hoy expuestas, la definición de un modelo de dirección de personas permite anclar firmemente las directrices y cambios en la cultura empresarial, de manera que después de unos años implantado el modelo se continúe trabajando firmemente en éste y el margen de tiempo concedido sea lo suficiente extenso como para conseguir que eche raíces en la organización; tanto desde la aplicación de este por líderes presentes que ya están ejerciendo dicho rol dentro de la organización, como por aquellos HIPO´s (high potentials) que formarán en un futuro parte de ella y cuyo reclutamiento y desarrollo de dicho talento quedará basado en las funciones y habilidades definidas por el modelo de dirección de personas definido.