Hoy ha sido un buen día: tenemos proyectos interesantes y un trabajo que nos gusta en un momento en que mucha gente no disfruta de ese derecho. Los honorarios son pequeños, pero la libertad creativa es casi absoluta. ¿Qué más se puede pedir? Pequeños apartamentos en París, entrevistas de trabajo en Buenos Aires, el teléfono sigue sonando en Madrid. Clientes y amigos siguen confiando en nosotros. Clientes y amigos en los que poder confiar.
Lo estamos pasando mal, pero tengo la sensación (ya lo he dicho en otras ocasiones) que la situación económica está ayudando a nuestro pequeño estudio de arquitectura. No tenemos grandes proyectos pero hemos llegado a comprender cómo funcionan las cosas. Esto quiere decir que hacemos arquitectura y restauración muy ligeramente, casi sin inversión para nuestros clientes. Apenas cambiamos cosas para cambiarlo todo completamente: detalles que nos permiten releer los viejos espacios.
Reciclaje, ausencia de artificios, eliminación del desorden, ventilación, iluminación, incorporación de audiovisuales, magia, imaginación, respeto, anonimato, renuncia a la pretenciosidad, preindustrialización, colaboración, conversación, investigación, reflexión, ajuste presupuestario, reducción de plazos, eliminación de costes, financiación, comprensión, disposición, movilidad, autonomía, libertad creativa de nuestros colaboradores, juventud, ilusión, lectura, repertorio, sentimiento, satisfacción, riesgo, capacitación, atención, búsqueda, formación, experiencia, creatividad y un poquito de solvencia.
Luis Cercós (LC-Architects)
Madrid – París – Buenos Aires