Martes 29 de noviembre, 20:15 horas. Auditorio Casa Municipal de Cultura, Avilés. Sociedad Filarmónica Avilesina, concierto nº 3 de la LVII Temporada. Orquesta Clásica de Asturias, Pedro Ordieres (violín), Carmen López (oboe), César González (flauta), Jesús Núñez (trompeta); director: Daniel Sánchez Velasco. Obras de J. S. Bach y Mozart.
Nueva cita con la orquesta dirigida por el Maestro Sánchez Velasco en su Avilés natal, casi sede habitual, con una formación en continua evolución y renovación, atriles entrantes y salientes conjugando profesionales de amplia trayectoria junto a la nueva hornada de nuestros conservatorios y escuelas de música que siguen invirtiendo en cultura, y ocupando su "tiempo libre" en formarse no sólo ellos sino también al público, pero sobre todo disfrutando entre todos.
Y siguen siendo fieles a las líneas trazadas incluso en el nombre de la propia orquesta, con un programa de los que no pueden faltar: Bach, el padre de todas las músicas y Mozart ¡la propia música! (1).
La Suite nº 1 BWV 1066 en DO M. con sus once danzas la pudimos escuchar con todo lujo de detalles, desde la utilización de un clave de verdad (nada de electrónica) y la colocación vienesa ideal para el programa escogido, lo mismo que la plantilla, pero sobre todo la música: notas claras, afinación cuidada, empaste de una cuerda que está madurando a pasos agigantados pese a los "vaivenes" (el banquillo y cantera son mejor que los de muchos equipos), tiempos ajustados y un disfrute por parte de todos que es contagiaso. No quiero dejar de citar a la pareja de oboes y el fagot por lo bien que ejecutaron cada una de sus intervenciones.
El Concierto de Brandemburgo nº 2, BWV 1047 en FA M. contó con solistas de la propia formación y además de la tierra, lástima que una de las cuatro patas quedase coja en una obra tan de "cabecera", aún siendo consciente de las dificultades que su partitura le exige, pero tampoco mantuvo la pulsación adecuada yendo detrás en la mayoría de sus solos, lo que empañó el resultado global a pesar de los esfuerzos de los otros solistas, impecables, y de una orquesta donde el Adagio resultó redondo desde ese continuo entre cello y clave hasta los tres solistas que intervienen. Nuevamente la dirección sacó todo el potencial barroco de esta joya del Kantor con una lectura clara y precisa, con tempi nada exigentes pero justos para poder "masticarlo y saborearlo todo sin empachos".
Para la segunda parte la Sinfonía nº 29 K. 201 (186a) en LA M., incorporándose Ordieres a los segundos violines como uno más (algunos como él recién llegados de El Vaticano), y el par de trompas fijos de la OCA (que cada vez se entienden mejor y empastan muy bien aunque falte aún trabajo por delante). Cuatro movimientos que son la base para entender cualquier sinfonía clásica, no ya en su estructura sino en interpretación: delineando planos, melodías, contrapuntos, matices... todo con esa melancólica alegría que Mozart transmite y el Maestro Daniel Sánchez conduce de memoria desde una visión igualmente contagiosa de espíritu, no tan lenta como alguna versión de referencia de esta misma sinfonía. Auténtica "formación" orquestal para todos.
Queda flotando en el aire ese espíritu que continuará, Dios mediente, este viernes en el Auditorio de Oviedo (2), aunque con otro ambiente en todos los sentidos. Al menos en Avilés nos impregnamos de la ilusión y amor que compartimos por La Música. Esperaremos su próximo concierto para continuar comprobando y disfrutando con la evolución de esta orquesta digna de admiración donde todos parecen el cuerpo de mosqueteros con Daniel cual D'Artagnan:
Uno para todos... ¡y todos para uno! (1) Sobre la frase "Mozart es sencillamente la música" y muchas más cosas interesantes las comenta en LNE Marzio Conti que dirigirá el "Réquiem" este viernes 2 de diciembre en el Auditorio de Oviedo y lo hizo recientemente con el coro asturiano LDO en Bilbao.(2) Programa del viernes 2 de diciembre.