Entre los pacientes que han sufrido un infarto de miocardio, aquellos que han recibido información sobre su enfermedad controlan mejor los factores de riesgo, disfrutan de mayor calidad de vida y necesitan acudir bastante menos a la consulta del médico. Así lo demuestra el Programa Proprese1, una iniciativa que se ha llevado a cabo en Centros de Salud de la Comunidad Valenciana. Estos días se presentan los datos correspondientes a los centros participantes en Alicante en el IV Congreso Nacional de Atención Sanitaria al Paciente Crónico que hasta el sábado se celebra en esta ciudad, organizado por la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) y la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), junto con la Conselleria de Sanitat Valenciana, el patrocinio de ESTEVE y la colaboración de MSD, Carburos Médica, Sanofi y Telefónica
El objetivo del Proprese es optimizar y mejorar el control de los factores de riesgo cardiovascular de los pacientes con infarto de miocardio a través de una intervención educativa. Concretamente según los datos recogidos a lo largo de 2010, los autores de este trabajo concluyen que con dicha intervención se consiguen reducir las visitas al centro de salud en un 30%, pasando de media por paciente de 13,04 visitas en 2009 a 8,16 en 2010.
El progresivo envejecimiento de la población y el aumento de los factores de riesgo cardiovascular como diabetes, obesidad o hipertensión han motivado que el infarto de miocardio sea cada vez más común en personas mayores de 65 años. “Si bien la mejora en los tratamientos es responsable directa de un descenso de las muertes por esta causa, lo cierto es que, en el día a día, el control de los factores de riesgo que vemos en las consultas de atención primaria está lejos de ser el deseable”, advierte la doctora Esther Ruescas, coordinadora del programa Proprese. “Sin duda, los datos presentados son buen ejemplo de que mediante una adecuada educación terapéutica y un seguimiento más activo e individualizado por parte de los médicos se puede hacer un uso más efectivo y eficiente del sistema sanitario”, añade la doctora Ruescas.
Estos pacientes crónicos suelen estar además polimedicados. “Hemos comprobado que en muchos casos al no conocer bien la utilidad de los fármacos prescritos tienden a restarle importancia a los olvidos, con el riesgo que conlleva un mal cumplimiento de la medicación. Por eso es clave mejorar el nivel de información: cuanto más sepan sobre su enfermedad, podrán controlarla mejor y tener más calidad de vida”, comenta esta experta. Para ello, el Programa Proprese ha incluido, además de sesiones formativas para los médicos y enfermeras, cuatro sesiones educativas con los pacientes en las que a lo largo del año cada uno de ellos conocía los parámetros que determinaban el grado de control de su enfermedad y establecía junto al médico cuál era el objetivo a alcanzar y el grado de compromiso que debía asumir para lograrlo.
De esta manera, se consigue, según la doctora la doctora Ruescas, implicar al paciente en el control y manejo de su enfermedad. “La idea es que sepan qué hacer pero sobre todo por qué lo hacen. Así toma conciencia de que la evolución de su enfermedad dependerá en muchos casos de su compromiso con las propuestas de tratamiento que le hagan los profesionales sanitarios, a los cuales siempre tendrá a su lado para ayudarle”.
-Características y resultados del Programa Proprese
El Programa Proprese ha incluido 78 pacientes que habían sufrido un infarto de miocardio, con edades comprendidas entre los 46-85 años y de los que un 74,1% eran varones. En todos ellos, durante el año de intervención educativa, 2010, se observaron cambios relevantes en diferentes parámetros respecto al año 2009. Así por ejemplo, la adopción de unos hábitos de vida saludable mejoró de forma significativa, y en el caso de la práctica de ejercicio el porcentaje de cumplimiento pasó de un 61,5% a un 74,6%, en el de la dieta de un 59% a un 71,7% o el hábito tabáquico disminuyó del 20,3% al 11,9%.
Asimismo, la doctora Ruescas subraya que se ha mejorado la prescripción de fármacos con demostrada eficacia y beneficio en el tratamiento de las patologías cardiovasculares. “En muchas ocasiones, las terapias utilizadas no se ajustaban al objetivo que se pretendía alcanzar, por ejemplo, a la hora de reducir los niveles elevados de colesterol. Es preciso establecer bien la dosis adecuada del fármaco a las necesidades del paciente porque de esa manera se obtiene un importante beneficio en parámetros como el colesterol, la hemoglobina o la glucemia. Resultados que si se mantienen mejorarán a su vez las cifras de supervivencia, reingresos o reinfartos de estos pacientes”, indica esta experta. Este fue el caso de las estatinas (tratamientos hipolipemiantes de amplio uso) que pasaron de ser prescritas correctamente en el 78% de los pacientes a serlo en un 94,5%.
-Labor del médico de familia en la atención al paciente crónico
La posición de la atención primaria y del médico de familia como puerta de entrada al sistema sanitario y el hecho de que, al menos una vez al año, el 70% de la población pase por su centro de salud facilita la realización de actividades preventivas como tomar la tensión arterial regularmente, medir los niveles de colesterol en sangre, controlar la glucemia en pacientes con riesgo de diabetes, etc. De hecho, la atención de pacientes crónicos con factores de riesgo, como obesidad, colesterol alto, hipertensión, diabetes, tabaquismo, etc., constituye uno de los motivos de consulta más frecuente en Atención Primaria. “El médico de familia tiene un papel clave no sólo en la detección precoz de los pacientes con un elevado riesgo cardiovascular y en la promoción de hábitos de vida saludables, sino también, como médico referente y en coordinación con otras especialidades, en el logro de los objetivos de control terapéutico y en la reducción de complicaciones. Por su proximidad al paciente a menudo es el primero a la hora de diagnosticar e iniciar el tratamiento adecuado o atender al paciente cuando se presenta alguna complicación cardiovascular”, concluye esta experta.