Revista Coaching

Formarse para vender(se): el boom de los negocios neuróticos

Por Kheldar @KheldarArainai

Cuando me salí de la industria de la seducción, lo último que esperaba era descubrir lo fácil que resulta caer en otro tipo de negocios neuróticos.

Hoy en día, en pleno 2018, tenemos la preciosa costumbre de quejarnos de que la universidad y los estudios formales no sirven para nada.

De que las escuelas, institutos y universidades solamente sirven para sacarnos cuartos. Y peor todavía, para dejarnos escasamente cualificados para un entorno en el que, según decimos; ya no están implicándose ni adaptándose como nosotros creemos que deberían hacer.

Y sin embargo, somos tan absurdos e incongruentes que vamos y hacemos exactamente lo mismo que le achacamos a la enseñanza reglada.  Me explico.

Insultamos aquello de lo que disponemos y lo tachamos de negocios neuróticos…

Nos quejamos de que la enseñanza formal está convertida en uno de esos negocios neuróticos que únicamente quieren que sigas metiendo tu tiempo y tu dinero en ellos.

Gritamos a los cuatro vientos que quieren que seas un eterno estudiante para que les sigas pagando años de matrícula.

Y lo que es peor… Empapelamos las calles y llenamos Internet con panfletos incendiarios, populistas y demagógicos (las palabras favoritas de ciertos noticieros, por cierto); que no se acercan ni en forma ni en fondo a la verdadera cuestión de lo que es la educación al margen de su politización.

A resultas de todo esto, vamos de listos y la cagamos exactamente del mismo modo que decimos que la cagaron ellos

Como no nos gusta la educación formal; vamos y creamos un movimiento contracultural en el que señalamos con el dedo y miramos mal a la propia enseñanza y a todos los que confían en ella.

Glorificamos las figuras de las personas que se dicen autodidactas o interdidactas, sin comprender lo que ello supone; ni, por supuesto, atrevernos a asumir ese sacrificio por completo nosotros mismos.

Ponemos en un pedestal a todo el que nos coloca en sus embudos de la muerte para crear más negocios neuróticos, aparte del suyo propio.

Y sí… Eso es lo que estoy diciendo.

Y, sin embargo, a todo el que crea verdaderos negocios neuróticos ¡le estamos comiendo el culo!

Simplemente porque es la moda. Porque ahora lo que pega duro es eso: emprender online, vivir de tu pasión y ser la mejor versión de ti mismo.

Y como la siembra está para la siega, lo que se lleva ahora es formar a la gente para hacer esas cosas.

Ponle cuidado, que para algunos puedo estar escupiendo hacia arriba al decir esto… Pero es así.

Como precisamente son cosas a las que me dedico y que conozco de primera mano; tengo conocimiento de causa para decir lo que digo.

Es muy fácil reconocer los negocios neuróticos, porque todos ellos se basan más o menos en los mismos principios.

Primer principio de los negocios neuróticos: meter a las personas el impulso de actuar en el cuerpo

No importa de qué manera, pero el caso es que tienes que hacer algo. Hoy. Ahora. ¡Ya vas tarde!

Cuando estaba en el mundillo seduccionero, llamaba a esto una compulsión por abordar. Es algo que también aplica si eres vendedor a puerta fría o utilizas esa estrategia en tus negocios digitales. Y de hecho, es algo que verás mucho en los eventos de networking.

Es poner una cantidad de tiempo, esfuerzo y recursos enorme en una idea delirante; aunque lógica a priori: que por hacer más intentos, obtienes más resultados.

Al salirme de ahí, pude comprobar que han traducido eso a los negocios digitales llamándolo acción masiva, desde 2014 como poco… Y que tratan de justificarlo equiparándolo torpemente con la persistencia.

Por qué no es sano este principio

Donde falla esta lógica y se vuelve enfermiza es en la dispersión y las compulsiones que te provoca.

No hay forma humana de que puedas enfocar todo tu potencial en lo que de verdad funciona y comprometerte realmente con algo, si lo que se te pide es que tomes acciones masivas imperfectas.

O lo que es lo mismo: que simplemente te lances y embistas a todo lo que se te cruce. Que hagas lo mismo una y otra vez, y las cosas caerán en su sitio por su propio peso.

No es que crea a ciegas en la ley de Pareto, pero sí en la Revelación de Sturgeon: el 90% de todo es mierda.

Y en los negocios neuróticos aman cubrirte de mierda hasta el cuello, para que les sigas necesitando.

Por eso mismo, el 90% de las cosas que intentes, que leas y que asumas van a ser pura mierda. El 10% restante, con suerte, probablemente sean oro.

Hace tiempo me gustaba bromear diciendo que se puede convertir la mierda en oro, cuando empecé con la Alquimia Interior. Y eso es lo que trato de hacer aquí.

Frente a la acción compulsiva, te invito a tomar acciones claras y determinadas. No pienses tanto en hacer algo como en que el acto tenga un propósito y un sentido firmes para ti. - Es un sexy tweet. ¡Compártelo!          

Compáralo si quieres con la diferencia entre cazar con escopeta de perdigones y cazar con rifle de precisión.

Segundo principio de los negocios neuróticos: más que serlo, tienes que parecerlo

En la industria del ligue, cuya influencia primordial es el primer intento de coaching con PNL de los años 70, 80 y 90; adoran usar cierta frase: haz como si lo fueras hasta que lo seas.

En inglés, el concepto original es “fíngelo hasta que lo logres” (fake it until you make it). Es decir, que centres todo en dar la apariencia de tener lo que ya quieres lograr.

Sería una idea paralela a la de la ley de atracción y a la del aprendizaje por imitación. Y sin embargo; esta propuesta conlleva una fuerte alienación.

Conozco demasiadas personas que llevan fingiendo diez años… Y lo único que logran es tener que reinventar sus embudos de la muerte cada dos años; para poder atraer a nuevos incautos.

Por qué no es sano este principio

Porque te aleja de la autenticidad. Te aleja del orgullo y el amor propio que te debes por ser simplemente quien eres.

Te aparta de la posibilidad de sentirte sencillamente a gusto en tu propia piel.

Lo que provoca esta idea es la forma de autodesprecio más fuerte que he visto: identificarte con ideales ajenos y rechazar tu propia identidad en el proceso.

Te lleva a dejar de lado el criterio propio y a probar cosas incongruentes con tu esencia. Todo porque asumes que la culpa de tu falta de éxito es precisamente ser tú y ser como eres.

¿En qué mundo puede ser esto más sano que determinar por tu cuenta qué es el éxito para ti; cómo quieres vivir tu vida y qué quieres hacer para lograr eso?

Por supuesto, si tu decisión meditada y consciente es copiar los más que jugosos y sobreprometedores métodos y sistemas ajenos y tratar de reproducir sus resultados; lo comprendo y lo respeto.

Y todavía entonces te estaría advirtiendo en contra de ello, pues obviamente no eres esa persona. Lo que funciona para los demás no tiene por qué funcionarte a ti, y es el riesgo que asumes.

Formarse para vender(se): el boom de los negocios neuróticos
No te creas tanto la promesa de la venta, que está para meterte la euforia y el anhelo en el cuerpo; y déjate sorprender por el éxito si lo logras. - Es un sexy tweet. ¡Compártelo!          

Tercer principio de los negocios neuróticos: tienes que ser visible a cualquier precio

Cuando estaba en los temas del ligoteo, había un término bastante curioso para esa intención: peacocking. Pavoneo fue la traducción al español.

Consistía en hacerse visible de la manera más cantosa y ostentosa posible. Aunque a partir de cierto punto, la cosa se fue moderando.

La intención era, supuestamente, distinguirse de todos los demás. Diferenciarse. La idea detrás de todo esto era darle a los demás algún rasgo que les permitiera encontrar algo interesante en ti para preferirte sobre el resto.

Este mismo guante le encaja al concepto de marca personal; por tener esa misma intención de ser visible y diferenciarse a cualquier precio.

Por qué no es sano este principio

Tanto el pavoneo como la marca personal son conceptos muy herméticos. En ellos solamente cabes tú, y muchas veces son un reflejo del principio anterior.

Ya vives mostrando con tus hábitos de consumo, tu estilismo y la decoración de tu casa (por dar algunos ejemplos); lo que quieres que los demás entiendan sobre ti.

Esta idea lo exagera y lo enfatiza hasta tal punto que lo vuelve un nuevo negocio neurótico: enseñarte a diferenciarte del resto.

Lo cual, por cierto, se volvió necesario gracias a la gente que compra plantillas y sistemas y los aplica tal cual. Como un calco.

Si de verdad quieres diferenciarte, deberías probar a ser radicalmente tú mismo. - Es un sexy tweet. ¡Compártelo!    

Desde ese punto, puedes decidir mejor lo que quieres mostrar al mundo. Qué valores, actitudes y demás características personales quieres que se vean reflejadas en tu trabajo, en tu casa, en tu apariencia; y en todo eso con lo que le decimos a los demás “este soy yo”.

Recuerda que lo que dura es porque no sopla velas a modas pasajeras.

Podría seguir listando principios de los negocios neuróticos, pero nos podemos tirar la vida aquí

Y francamente, no es algo en lo que quiero gastar ni mi tiempo ni el tuyo. Con señalar los tres más visibles basta.

Uno de mis propósitos desde que me dio por ponerme a los mandos de un blog personal es el de reventar estas burbujas.

No me gusta que nos duerman con cuentos, que nos llenen la cabeza de pajas mentales; ni que nos echen a rodar por ahí haciendo el payaso. Con total alegría y colaboración por nuestra parte, lo cual es todavía más lamentable.

Siempre he creído que, si de verdad quiero ser constructivo; tengo que mantener un mínimo de espíritu crítico

No me puedo tomar todo exactamente como me lo cuenten. Tampoco soy de limitarme a probar las cosas a ciegas y desecharlas si no me sirven; sin dedicarles más atención ni cantarles las cuarenta.

Pero oye… Que es exactamente por lo que me quiere mi público. Porque digo las cosas como las estamos viendo, viviendo y sintiendo.

Le pongo voz a lo que muchos prefieren no decir en público para poder mantener su deseabilidad social. Tengo claro que no vine a este mundo a caerle bien a todos, así que no me quita el sueño este tema.

De hecho, mi enfoque es algo restrictivo en ese sentido. Me dedico a aplicar el precioso y archiconocido Efecto Pigmalion.

Formarse para vender(se): el boom de los negocios neuróticos
No me conformo con cualquier mierda. Espero y exijo lo mejor de ti, y en consecuencia eso es lo que me das. O no me das nada en absoluto, que también cabe como posibilidad. - Es un sexy tweet. ¡Compártelo!          

Así las cosas, tú decides: contribuyes a esos negocios o te apartas de los mismos

Me temo que en este sentido, el único término medio posible es mostrarse cautelosos al respecto.

Está claro que tenemos una auténtica necesidad de subsistir; y también es muy real la necesidad de realización personal. Por eso mismo es por lo que los negocios neuróticos se enfocan en estas dos en concreto. Además, el momento es ideal. Estamos en una crisis de valores, de costumbres y de los contextos laborales y educativos.

¿Qué mejor momento para sembrar la duda y entrarte por esa brecha?

No estoy diciendo que no vayas a sacar nada bueno de todo esto, sino que el 90% de lo que obtengas va a ser mierda. Si estás dispuesto a pagar ese precio, y te consideras capaz de cribar lo bastante y no dejarte infectar; adelante.

Como mínimo ganarás un montón de ideas sobre cosas que no quieres hacer con tu vida ni con tus negocios.

Y ahora, cuéntame si gustas:

  • ¿Cómo ha sido tu relación con los negocios neuróticos y sus principios? ¿Has caído en alguno?
  • ¿Qué has hecho para rectificar y salirte de esta clase de propuestas que no te representan?
  • ¿Cuál es tu modelo ideal de hacer negocios saludables? ¿Tienes algún referente?

Yo te puedo decir que me encanta la manera en que Víctor Campuzano cuida de sus comentaristas, por darte algún ejemplo. También me gustan esos desnudos digitales que protagoniza en su blog; como su texto sobre el Honestihacking.

Víctor es un tío de lo más auténtico a la hora de abordar los temas que trata en su blog. Y como él, también está Omar de la Fuente de Hacia el Autoempleo; a quien además tengo el placer de llamar amigo.

A esta clase de gente, anti pajas mentales, son a los que yo quiero ver prosperando.

¿Qué me dices tú? ¿A quiénes te apetece ver petándolo?

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