Formas de Aliviar Tensiones para un Trader

El Trading es una actividad en sí muy monótona. Todo trader sabe que de una manera u otra estar tanto tiempo sentado delante del ordenador para factura, muchas de las veces por estar en posturas incorrectas y otras por estar en completa tensión.
Hay Traders que hacen deporte o practican otro tipo de espacialidad como el yoga que ayuda a controlar el estrés y mejorar el estado físico y mental en general. Pero tampoco es descartable beneficiarse de otras técnicas, como la reflexoterapia, para estimular el funcionamiento general del organismo.

El estrés es muchas veces uno de los compañeros más incómodos en el día a día de cualquier persona. En este sentido, el trader, no sólo no se escapa a este mal sino que, además, la actividad del trading es una de las que por muchos motivos puede hacer que un profesional sufra niveles de estrés muy severos.

Son muchas las maneras que existen para rebajar el nivel de estrés. En www.tradingfinanciero.com os daremos algunos consejos que os pueden ayudar a reponer el equilibrio y tomaros las cosas con una mayor filosofía. El objetivo es ser más feliz y disfrutar más de la vida.

Alimentación. Seguir una dieta equilibrada y completa a base de alimentos que contengan triptófano, un aminoácido para fabricar serotonina (el neurotransmisor que produce sensación de placer y bienestar): aves, huevos, soja, pipas de calabaza, plátano y chocolate. Las dietas que favorecen la producción de serotonina reducen el mal humor, la depresión y la angustia asociadas al estrés o la ansiedad.

Ejercicio físico. Realizar cualquier tipo de deporte con regularidad hace que el cerebro produzca hormonas y neurotransmisores que calman el estrés e inmoviliza los pensamientos negativos y las preocupaciones.

Humor. La risa constituye uno de los mejores antiestresantes y somníferos que existen, sosiega los nervios y libera hormonas de la calma y del bienestar. Recientes investigaciones han comprobado que la risa produce en el cerebro los mismos efectos que la meditación.

El sueño y el descanso. Cuando dormimos, el cuerpo y la mente entran en un estado de relajación que permite reponernos del esfuerzo realizado durante el día. Dormir bien influye en nuestra memoria, nuestro rendimiento intelectual y el estado de ánimo, crea nuevas conexiones cerebrales y contribuye a mantener nuestro sistema cardiovascular en condiciones óptimas.

Organizar el trabajo y las actividades de modo que seamos capaces de diferenciar lo urgente de lo importante y podamos atender las tareas en función de las prioridades. De este modo podremos controlar mejor el consumo y la recuperación de la energía.

Técnicas de relajación. La relajación progresiva de Jacobson es una técnica que relaja los músculos y reduce la frecuencia del pulso y la presión de la sangre, así como el grado de transpiración y la frecuencia respiratoria. Puede llegar a producir el mismo efecto que un fármaco que reduce la ansiedad.

El control del pensamiento. Parar los pensamientos no deseados puede ayudar a vencer las dudas y las preocupaciones constantes que interfieren en la relajación. Cuando se desarrolla lo suficiente esta habilidad, los pensamientos obsesivos se sustituyen por pensamientos positivos y de autoaceptación. Los pensamientos negativos y de miedo preceden a las emociones. Controlar los pensamientos supone reducir de forma importante los niveles de estrés.

Pensamiento positivo. El pensamiento positivo es un gran aliado para vencer el estrés y mejorar la salud. El optimismo, la esperanza y las emociones positivas como la alegría y el amor son beneficiosos porque generan neurotransmisores: la oxitocina, la dopamina y la serotonina asociadas al placer y a la relajación. Aprender a poner en práctica el pensamiento positivo no sólo alivia el estrés, también nos ayuda a vivir una vida más feliz.

Mindfulness o meditación. La atención plena es una de las prácticas más efectivas a la hora de reducir el estrés, así como la ansiedad, la depresión y las diversas condiciones físicas asociadas a estados de estrés crónico. La meditación desarrolla la capacidad de concentración de la mente y restablece el equilibrio emocional. Nos ayuda a responder de manera consciente y evita que nos dejemos arrastrar por la respuesta automática. Nos permite detenernos, hacer una pausa y responder de manera más adaptativa, desactivando la cadena reactiva del estrés.