Revista Cine
Conocía de esta historia lo básico, algunas pinceladas, y no estaba asegura de querer adentrarme en su lectura. Sin embargo, Edurne Portela vino a presentar su nueva título en la Feria del Libro de mi ciudad, y tras escucharla decidí leerlo.
La historia comienza casi por el final, y nos ofrece un panorama aterrador: Alicia, la protagonista, en su rutina de cada noche intentando dormir encerrada en su dormitorio, alerta a cualquier sonido, asustada, teme que Matty acceda a su habitación.
Alicia es una chica que deja su Euskadi natal para iniciar su carrera como profesora universitaria en EE.UU. Allí conocerá a Matty. No es un encuentro perfecto, pero empiezan a salir y conocerse. Se enamoran y comienzan una vida juntos. Ambos logran el éxito profesional, tienen una buena casa y todos los ingredientes para ser una pareja modélica. ¿Cómo han llegado al punto que se nos muestra al principio? Pues a lo largo de un camino plagado de señales casi imperceptibles a las que no se da la importancia que tienen.
Hay pequeños gestos que afectan, que ocasionan inseguridad en la otra persona, que van dejando huella, que van pasito a pasito ganando terreno. Hay una forma muy sutil de golpear sin dejar marcas a la vista: una mala contestación, alguna objeción en la forma de vestir, en la hora de llegada a casa, quejas sobre los amigos de tu pareja. Eso, entre otras cosas, hace Matty, en muchas ocasiones sin ser consciente de ello, yendo poco a poco más allá, porque es así como él entiende una relación, porque es así como se lo han inculcado:
"Vale, alguna vez he podido señalar algunas de sus debilidades o defectos pero ¿no puede uno criticar a su pareja? ¿Ahora todo es maltrato psicológico? Y sí, reconozco que me he puesto un poco violento pero no puede decir que le he pegado, mucho menos como padre pegaba a madre, pero si de verdad lo hubiera hecho habría tenido todos los motivos".
Alicia, por su lado, se dice a sí misma que exagera. Ha interpretado mal a Matty. Seguro que él no ha hecho nada con mala intención. Ella es una mujer independiente, luchadora, culta, jamás permitiría que la maltrataran, ¿no? Llega la decepción, la desilusión, el miedo...
Puede parecer que lo que nos cuenta Edurne Portela ya nos lo han contado, pero creo que aporta matices que hacen que esta historia destaque entre otras. Lo que más me ha gustado es su realismo en la construcción de los personajes, que van más allá de los estereotipos. La historia se nos ofrece desde la perspectiva de ambos. El perfil de Matty no es, como suele decirse, "de manual", sino que es el producto de una evolución acompañada de diferentes factores . Alicia, por su parte, no es una persona perfecta o buena por el hecho de ser víctima (de hecho, casi al final hay un capítulo donde se gana la antipatía del lector). Ambos tienen claroscuros y muchos matices, como matices tiene esta novela que invita a leer entre líneas.
En definitiva, Formas de estar lejos es una historia que, sin convencerme en algún aspecto, me ha gustado mucho en general por su estilo impecable en la narración y por lo ya comentado. La recomiendo sin dudar.