Pivotar es un término algo especializado procedente del mundo de la innovación, las startups y el emprendimiento. Es especializado porque se utiliza en ese ámbito pero, en el fondo, su significado es muy sencillo. Podríamos decir que es, simplemente, cambiar, cambiar de orientación, cambiar, en cierto sentido de opinión.
La situación es fácil de entender: cuando innovamos, cuando emprendemos, nos enfrentamos en el fondo a un mundo desconocido. Tenemos unas hipótesis que creemos funcionarán sobre una tecnología, un producto o un modelo de negocio.
Al avanzar en nuestra labor de innovación o de emprendimiento, en algún momento recibimos feedback, deseablemente del mercado, si hacemos un lanzamiento temprano de lo que en Lean Startup se llamaría el Producto Mínimo Viable. Sigamos Lean Startup o no, lo cierto es que en algún momento recibimos un feedback sobre nuestras hipótesis.
Si ese feedback no es positivo, si no se confirman las expectativas, pero tampoco nos rendimos, normalmente cambiaremos en mayor o menor medida nuestro producto o modelo de negocio.
Es eso es pivotar.
Hablando de pivotar en el mundo de la innovación, Carlos Domingo, en su libro 'El viaje de la innovación', nos habla de seis formas básicas de pivote. Son estas:
- Cerrar el objetivo: Observamos que el alcance de nuestra innovación es demasiado amplio y que una parte de su funcionalidad es lo realmente clave para nuestros posibles clientes... así que acotamos alcance.
- Abrir el objetivo: Justo al contrario que el anterior, nos damos cuenta que el objetivo de nuestra innovación se queda corto, los clientes esperan mas y, por tanto, debemos ampliar funcionalidades para obtener el verdadero producto de éxito.
- Cliente objetivo: Nos hemos equivocado de cliente objetivo pero, sin embargo, existe otro grupo de clientes al que podemos atender ventajosamente con nuestra innovación.
- Problema objetivo: El verdadero problema de nuestro cliente objetivo no es el que estamos resolviendo sino otro que también podemos resolver. Es un cambio muy drástico...pero es una opción.
- Modelo de negocio: Sin cambiar la esencia del producto sí cambiamos la forma de monetizarlo.
- Pivote tecnológico: En el camino descubrimos que una tecnología diferente a la que estamos empleando, resuelve mejor el problema objetivo.
Pivotar es una forma de reconocer un fracaso parcial pero al tiempo es no rendirse, es avistar oro camino y acometerlo. El pivotar, evidentemente, comporta sus riesgos. Genera unos costes hundidos, probablemente costes adicionales y no elimina el riesgo de que nos volvamos a equivocar.
De todas formas, es bueno reconocer de forma temprana que vamos en una dirección inadecuada y tener la capacidad y el coraje de cambiar el rumbo.
La alternativa es rendirse...alternativa que, por cierto, y en caso de clara inviabilidad, tampoco deja de ser una opción...