Revista Viajes

Formas de viajar

Por Malche


Formas de viajar

En el post anterior les hablaba de mi forma de recorrer Paris, perdiendome entre las calles, sin prestar atención a las guías de viajes, dejándome guiar por el instinto. Desde hace varios años, planifico mis viajes leo las guías de viajes e investigo en internet acerca del lugar de destino antes de partir, así una vez que el viaje en sí comienza (desde el momento de cerrar la puerta de casa), me siento libre de hacer lo que me plazca en el momento, de ir o no a museos, de visitar o no tal o cual lugar. Sé qué hay para ver y qué se puede hacer y cómo moverme, pero no me siento obligada a ver ni hacer nada que no quiera en el momento. Los viajes, para mí, son momentos de puro disfrute. 

Pensar en esto me hizo recordar este pasaje de uno de mis libros favoritos, Historias de Cronopios y de Famas, de Julio Cortazar: 

'Cuando los famas salen de viaje, sus costumbres al pernoctar en una ciudad son las siguientes: Un fama va al hotel y averigua cautelosamente los precios, la calidad de las sábanas y el color de las alfombras. El segundo se traslada a la comisaría y labra un acta declarando los muebles e inmuebles de los tres, así como el inventario del contenido de sus valijas. El tercer fama va al hospital y copia las listas de los médicos de guardia y sus especialidades.  Terminadas estas diligencias, los viajeros se reúnen en la plaza mayor de la ciudad, se comunican sus observaciones, y entran en el café a beber un aperitivo. Pero antes se toman de las manos y danzan en ronda. Esta danza recibe el nombre de 'Alegría de los famas'.
Cuando los cronopios van de viaje, encuentran los hoteles llenos, los trenes ya se han marchado, llueve a gritos, y los taxis no quieren llevarlos o les cobran precios altísimos. Los cronopios no se desaniman porque creen firmemente que estas cosas les ocurren a todos, y a la hora de dormir se dicen unos a otros: 'La hermosa ciudad, la hermosísima ciudad'. Y sueñan toda la noche que en la ciudad hay grandes fiestas y que ellos están invitados. Al otro día se levantan contentísimos, y así es como viajan los cronopios.
  Las esperanzas, sedentarias, se dejan viajar por las cosas y los hombres, y son como las estatuas que hay que ir a verlas porque ellas ni se molestan.'


 O sea, yo vendría a ser, pre-viaje, un fama, y, ya viajando, 100% cronopio. 
Y ustedes ¿Cómo viajan?
¡Que tengan un hermoso día y hasta el próximo post!
* El niño de la foto es mi hijo Luka, viendo la lluvia caer por primera vez, en Paris.


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