Las diferentes vacunas que han sido desarrolladas hasta el momento tienen la capacidad para contrarrestar los efectos del meningococo tipo A y el C; existe una vacuna específica para cada uno de ellos, razón por la cual un médico tratante tiene que saber facilitarla sin error alguno.
Hablando específicamente de la vacuna tipo C, ésta llega a estimular la formación de una gran cantidad de defensas en contra del virus, protección que prácticamente se activa luego de dos semanas de haberse producido la vacunación. La forma de dosificar a estas vacunas depende de la edad en cada niño, algo que se encuentra estipulado bajo las siguientes condiciones:
- Niños mayores a un año de edad reciben una dosis.
- Niños entre los 7 a los 12 meses de edad reciben dos dosis.
- Niños menores a seis meses de edad deben recibir tres dosis.
Esta es la dosificación general para erradicar la meningitis en los niños, aunque también se menciona que fuera de este periodo, todo niño menor a seis años de edad debe recibir de forma obligatoria la vacuna. Con la administración de la misma pueden aparecer algunos efectos secundarios, mismos que pudiesen ser:
- Molestia o inflamación en el lugar del cuerpo en donde se ejecutó la inyección.
- Algo de fiebre.
- Un estado de irritabilidad.
Si un niño se encuentra con fiebre en un momento determinado, no puede administrarse la vacuna con dicha sintomatología presente; un médico tendrá que analizar si el niño es hipersensible a cualquiera de los componentes que forman parte de la vacuna, siendo contraindicada también para aquellas personas inmunodeprimidas.