En la costa asturiana son abundantes los fósiles, sobre todo del periodo jurásico. Algunas playas del centro y del oriente de Asturies son conocidas mundialmente por sus fósiles de dinosaurios, tanto huellas como de restos óseos, como los rescatados hace unos pocos días en la playa de Quintueles.
Pero no hace falta ir a un acantilado y buscar entre las rocas para encontrar fósiles, en algunas ocasiones podemos pasar sobre ellos sin que nos demos cuenta. Las baldosas de muchas ciudades están hechas de roca caliza cortada y pulida y en muchas de esas rocas son abundantes los fósiles.
El fósil más espectacular que he encontrado en la ciudad de Uvieu es el que podéis ver en la foto anterior. Se trata de un corte del cráneo de una tortuga de unos 10 cm de largo en el que se aprecia perfectamente el pico, la cuenca del ojo e incluso los huevos del juego de las mandíbulas.
Pero contrariamente a lo que podríamos imaginar, no se trata de un caso aislado, sino que es mucho más frecuente de lo que parece. En numerosas plazas y aceras de la ciudad se pueden ver perfectamente fósiles de ammonites, belemnites y otros muchos organismos.
Cuando caminéis por vuestra ciudad, mirad de vez en cuando al suelo, sobre todo si ha llovido y las baldosas están húmedas. Podéis llevaros más de una sorpresa.