Título: Foto movida
Autor: Miguel Mena
Editorial: Suma de letras
Año de publicación: 2014
Páginas: 313
ISBN: 9788483656297
El
pasado 11 de febrero la editorial Suma de letras se puso en contacto
conmigo para ofrecerme colaborar con ella. Una vez que acepté la
propuesta, me ofrecieron tres títulos: Cuatro
esquinitas tiene mi cama,
Amagi
y Foto movida.
Después de leer las sinopsis el que más me llamó la atención fue
sin duda Foto movida,
de Miguel Mena. Así que a los pocos días de recibirlo en casa gracias a la amabilidad de la editorial empecé a
leerlo. Sus más de 300 páginas me han durado solo tres días. Lo terminé ayer por la
noche y hoy lunes, a las ocho de la mañana, aprovechando que Amets lleva casi
nueve horas durmiendo, estoy escribiendo la reseña.
Aunque
esta es ya la novena novela de este autor aragonés y la tercera
protagonizada por el inspector Luis Mainar después de Días
sin tregua y Todas
las miradas del mundo
para mí es el estreno con este escritor. Y tengo que decir que no ha
sido todo lo bueno que esperaba. Algunas expectativas se han cumplido
pero otras, por desgracia, no. La novela me ha dejado un sabor
agridulce.
La
historia está ambientada en el Madrid de 1983, en plena movida. Una
época apasionante, inestable, incierta, en la que la juventud se
creía inmortal, se apasionaba por las drogas y la música y trataba
de mirar al futuro, a Europa, a la modernidad, intentando dejar atrás
la dictadura franquista. La novela recrea a la perfección la
Transición, el ambiente que se respiraba ese año en la capital, no
solo musicalmente, sino también políticamente. Con el recién
estrenado gobierno socialista y, sobre todo, con los atentados y los
secuestros de ETA y el nacimiento de la guerra sucia contra los
terroristas con los GAL.
El
protagonista, y sin duda lo mejor de la novela, es Luis Mainar, un
inspector de policía entrañable y humano, solitario y sentimental,
honesto y melancólico que pasa sus días intentando evitar un nuevo
secuestro, un nuevo atentado, a caballo entre Madrid y el País
Vasco, sintiéndose vulnerable, amenazado, pero también rabioso e
impotente.
Y
no solo porque cree que, al menos por el momento, el fin de ETA está
demasiado lejano, que es una batalla perdida, sino también por su
vida personal. Está divorciado de su ex mujer, Lucía, que vive en
Zaragoza junto a Laura, la hija de ambos. Una hija a la que no ve
todo lo que le gustaría y no solo porque se lo impide su trabajo,
sino sobre todo porque no sabe cómo comportarse con ella, cómo ser
padre de una niña subnormal, una niña de seis años que es como un
bebé. No habla, no anda, no puede valerse por sí misma. Es como una
muñeca rota.
Igual
que Almudena Montiso, la joven que aparece muerta en el baño del
Rock-Ola después de haber estado de fiesta con sus amigos. Una noche
de diversión como otra cualquiera: música, alcohol, heroína.
Parece un caso más de sobredosis, nada que ver con el trabajo diario
de Mainar, pero él no puede evitar obsesionarse con la chica, con
sus amigos, con su vida, con el ambiente en el que se mueve, tan
desconocido y atractivo para el policía.
Así
se adentrará en el mundo de la noche madrileña de la mano de los
amigos de Almudena. Roberto, Paco, Chema y Luis, los componentes del
grupo musical Carta Blanca. Jóvenes que ensayan por afición, por
pasar el rato o por la obsesión de alcanzar la fama, el éxito, el
dinero. Y sus amigos y seguidores incondicionales: Eva, Gonzalo,
Patricia, Beatriz, Álvaro. Todos estudiantes universitarios, todos
niños bien, todos jóvenes despreocupados y preocupados únicamente
por divertirse.
Poco
a poco Mainar y el lector irán conociendo a los amigos de la joven
muerta en una trama que más que de novela negra trepidante es una
investigación policial lenta, floja, que en muchas ocasiones da la
sensación no solo de no avanzar sino de no llevar a ninguna parte.
El asesino, para mi gusto, se desvela demasiado pronto y las páginas
que restan para el final del libro son de relleno, no aportan
demasiado a la historia.
Una
historia con un final, para mi gusto, demasiado abierto, que deja
muchos cabos sueltos, muchas subtramas sin cerrar, demasiadas
preguntas sin respuesta. Aun así el estilo del autor, sencillo,
directo, claro, conciso, me ha gustado, sobre todo por el
protagonista, al que se le coge cariño y al que creo que acompañaré
en sus otras dos novelas, Días
sin tregua y Todas
las miradas del mundo.
Pero
Luis Mainar no es el único protagonista de esta novela. Porque creo
que en esta ocasión el escenario, el ambiente, la movida, el Madrid
de 1983 son mucho más que la época en la que se desarrolla la
historia, son los protagonistas absolutos de la obra. Yo no viví esa
época, nací un año después, en 1984, pero creo que Miguel Mena
recrea a la perfección la efervescencia artística y musical que se
vivía en la capital esos años. Grupos, conciertos, canciones,
locales de moda, emisoras de radio...
Todo compone la banda sonora de
esta novela, de esta historia que narra el asesinato de Almudena
Montiso. Una muerte difusa por culpa del alcohol y de las drogas. Una
muerte demasiado confusa, oscura, turbia. Una muerte borrosa, como una foto movida.
Si te interesa el libro puedes encontrarlo aquí.