Hará cosa de un par de meses se puso en marcha en Twitter una especie de juego alrededor del hashtag #FotoCinéfila al que no dudé en sumarme. El juego consistía (y consiste) en compartir un fotograma, carátula, imagen del rodaje, etc. de un film acompañado de dicho hashtag y nominar a otras 3 personas citando a su vez a la persona que te nominó a ti. De este modo tan sencillo, se fue creando una interesante cadena que en mi caso me paseó por películas como Foxfire, El jardinero fiel (The Constant Gardener), Pan y Rosas (Bread and Roses), La sonrisa de Mona Lisa (Mona Lisa Smile) o En tierra de hombres (North Country), todas ellas imprescindibles en mayor o menor medida para entender que otra representación de las mujeres en el cine es posible.
A día de hoy el juego continúa (creo que me sumaré de nuevo) y me alegro porque compartir recomendaciones cinéfilas es compartir arte (en ocasiones), pero también emociones, ideas, subjetividades, historia, recuerdos, retazos de la propia vida, fobias, filias, deseos, gustos… y también (¿por qué no?) semillas de transformación social.
A estas alturas no cabe duda de que el papel de los relatos de ficción en la producción de identidades y de modelos de conducta es fundamental y que tiene una gran influencia en los procesos de socialización. El relato nos condiciona, nos impacta, nos sitúa en una determinada realidad… Sería excesivamente naíf pensar que el cine es solamente entretenimiento, que no influye en nuestros puntos de vista ni en nuestra educación emocional. El cine tiene mucho más poder del que a menudo reconocemos. Por ello, mis opciones para este juego fueron las siguientes (y explicaré el porqué):
- Las horas (The Hours), 2002, de Stephen Daldry
Para mí es una de las imprescindibles. Pocas películas pasarían el test de Bechdel con tan buena nota como Las horas. Tres protagonistas femeninas con carácter, inteligentes, complejas, cuyas vidas no giran alrededor del amor ni de los hombres; mujeres que no solamente hablan con otros personajes femeninos -que sí-, si no que además establecen una especie de diálogo inconsciente a través del tiempo, a través de sus vidas y de la maravillosa historia creada por Virginia Woolf, La señora Dalloway (que recomiendo encarecidamente leer para disfrutar por completo de este film)… No digo más. Este post no es país para spoilers… ;-)
- Billy Elliot, 2000, también de Stephen Daldry
Siempre me gustó esta película -empiezo a pensar que mi devoción pivota alrededor del cine de Stephen Daldry en general-, pero la vi con otros ojos cuando en 2011 asistí a las jornadas “Arquetipos de género y prácticas culturales” que la Fundación Pablo Iglesias organizaba en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, donde además de éste, vimos otros interesantísimos films como Una jornada particular (dirigida por Ettore Scola), Pan y rosas (anteriormente mencionada), Arrebato (de Iván Zulueta) y Los placeres ocultos (de Eloy de la Iglesia). Es cierto que a las jornadas les faltó cine hecho por mujeres -a mis opciones para este juego, a bote pronto también-, pero el análisis de dichas películas a la luz de los temas tratados (domesticidad, identidades, transgresión, masculinidades…) fue más que provechoso. Y Billy Elliot, en concreto, nos habla de la transgresión de esa masculinidad hegemónica y machirula que tanto se resiste a abandonarnos…
- Los puentes de Madison (The Bridges of Madison County), 1995, de Clint Eastwood
Uno de mis fetiches. Me quedan pocas cosas que decir sobre esta película que no dijera ya en mi artículo Los puentes de Madison: una mirada de género. Una historia sin ninguna pretensión de ser una película feminista (ni una novela, en origen), pero que sin embargo subvierte roles y mandatos de género tradicionales, cuestiona las estrategias familiares de la domesticidad y la esclavitud del trabajo doméstico y sitúa la sexualidad de una mujer madura en el centro del relato. A priori, a much@s os parecerá una película ñoña, una historia de amor como tantas otras con el duro de Clint Eastwood como prota, pero hay mucho más… Lástima que todas las trangresiones que plantea el film no lleguen a afianzarse. Si no la habéis visto, vedla y luego hablamos.
- Arráncame la vida, 2008, de Roberto Sneider (basada en la novela homónima de Ángeles Mastretta)
Escribí ya hace algunos años sobre esta película basada en la famosa novela de Ángeles Mastretta y creo que aún me queda mucho que decir de ella… Y éste, el que elegí para #Fotocinéfila, es un fotograma que condensa toda la lucha de Catalina Guzmán -la protagonista indiscutible de este relato- por encontrarse a sí misma y buscar su identidad, por tomar sus propias decisiones sin la tutela de ningún varón, por aprender y conocer lo que sucede en la sociedad que la rodea en el México de la primera del siglo XX, por amar sin sumisiones… Os la recomiendo porque tampoco os dejará indiferentes.
Se me ocurren muchas otras películas como las que enumeré en “70 películas sobre la situación de la mujer en el mundo” y en “40 películas de cine social que no debes perderte”. Muchas de ellas, además, escritas y dirigidas por mujeres que con su trabajo también subvierten el orden patriarcal en esa industria que -tal y como decía mi profesor de cine de 1º de carrera, Esteve Riambau- ocasionalmente produce obras de arte.