Hoy he recibido este lindo escrito de Mercé Cardona. Muchas gracias!
¡He que soy guapo! no lo podéis negar, mi dueña ha llevado a la escuela de adultos mi fotografía, hacen un curso de literatura, he pasado de mano en mano para que me contemplaran para escribir sobre mi. Han hecho algún elogio, otros no tanto, pero se pueden aceptar, a mi todo lo que digan me da igual, me quedo indiferente. Yo me acepto tal como soy, me siento feliz, conozco todos los rincones de mi casa, esta es mi debilidad, además, hago todo lo que quiero,¿Qué más puedo desear? Pero mira, seré sincero, a veces haría cosas que me están prohibidas, si no fuera así, lo primero que haría, es abrir la puerta que para mi siempre esta cerrada, iría a conquistar alguna hermosa gatita y los dos haríamos historia. Mas, esta puerta no la puedo pasar, ¿Por qué sabéis? hace tanto tiempo que no he salido, que cuando lo logro, me despisto y voy escalera arriba, escalera abajo y armo un gran alboroto, y por eso me lo tienen prohibido, pero no me importa mucho, tengo mi balcón y me paso horas y horas, mirando otros gatos que se pasean, pero la verdad sea dicha, ellos no están tan guapos como yo, su pelo es pobre y áspero, son delgados y largos, y andan como desganados, ellos tienen liberad, pero en la ciudad el gato lo tiene muy crudo para comer, yo acepto tener la puerta cerrada, a si estoy seguro y nunca me falta mi comida, que es muy apetitosa. Un gran sofá y mi lugar preferido(la mesa) donde el sol cuando las nubes lo dejan traspasar, cada día me viene a ver, acaricia mi reluciente pelo, y todo mi ser se siente feliz, desde mi mesa, puedo contemplar los pájaros, las palomas que vuelan, mientras los miro, me sale de lo hondo de mi garganta unos aullidos extraños, en estos momentos quisiera volar, cazarlos para comérmelos deliciosamente, pero, bueno, también me conformo, tengo mi comida, unas cosas raras que han inventado los humanos, creo que para su comodidad, aun que dicen que llevan mas vitaminas, yo me he acostumbrado y la verdad lo encuentro delicioso, como lo que quiero y a la hora que me va bien.
¡Sabéis, mi vida no siempre ha sido así, a no! Años atrás, yo tenia una madre, se llamaba Xispa, un nombre que le iba muy bien para ella, porque la verdad, era una verdadera xispa, yo más de una vez, recibí algún bofetón y os aseguro que nunca entendí el porque, con sus patas delanteras me golpeaba mi hermoso rostro y se quedaba tan tranquila. En tiempos pasados, cada fin de semana mi madre y yo, subíamos con toda la familia a un sisentó de color verde manzana. Íbamos a Riells, un lugar muy bonito donde mis dueños tenían una casa, Mateo y Mercé, tenían dos hijos Isaac y Eulalia, allí nos pasábamos dos días deliciosos de verdadera libertad, saltando, corriendo por los prados, cazábamos pájaros, lagartijas y una ratitas pequeñas las cuales corrían ligeras para que no las pudiéramos alcanzar, más yo soy muy listo y siempre las cogía, pero como teníamos nuestra apetitosa comida, solo jugábamos un rato con ellas, nunca nos las comimos. Con mi madre, nos subíamos a los árboles, cosa deliciosa para nosotros, pues en la ciudad esto no lo podíamos hacer. Cuando llegaba la hora de irnos, nos llamaban, nosotros corríamos no fuera cosa que nos dejaran. ¿Qué haríamos solos sin ellos? La llegada a la ciudad estábamos felices y cansados de tanto trotar, nos pasábamos media semana durmiendo, para coger fuerzas para volver a brincar.
Mi madre la Xispa, me tenia manía, me daba bofetadas con su pata, pero escondía las uñas para no hacerme daño, yo pobre de mi no atinaba a entender su reacción. Ahora que me he hecho adulto lo comprendo, ella hubiese querido que yo me hubiera marchado tal como lo hicieron mis hermanos, pero como yo era muy guapo, mi dueña decidió que me quedara con ella, eso mi madre, nunca me lo perdonó. Los gatos hacemos al revés de los humanos, ellos lloran cuando los hijos se van, no lo entiendo, son seres que hacen cosas muy extrañas, yo la verdad me siento superior a ellos. A veces los observo y me dan pena, y de todo corazón, siento una gran lástima, porque la mayoría de las veces se forman unos líos dentro de sus mentes, que ni ellos se aclaran, sufrimientos inútiles, que para mi no tienen ningún sentido, padecen muchas veces antes de que las cosas pasen, pobrecitos, que le haremos si no saben más, cuando veo que es tan sencillo de vivir feliz, estar tranquilo tomando el sol, mirando el cielo, las nubes correr por debajo del firmamento, contemplar una hermosa puesta de sol, admirar el volar de los pájaros, pues no, se ve que esta raza que se dan de inteligentes, nunca están satisfechos, se insultan, se destrozan ellos mismos, destruyen la tierra, contaminan los ríos, los mares, en fin están matando nuestro Planeta, a veces creo que ni saben el porque…
A mi dueña le gusta mucho escribir, no se las historias que se inventa, solo esta pendiente de su papel y del ordenador, y de su pensamiento que le vuela, mientras las letras se van plasmando sobre el papel, yo me siento sobre la mesa, muy cerca de ella, y mirad, ni se da cuenta de mi presencia, ni de lo que pienso, me cargo de paciencia y espero una tierna caricia, pues no, cuando le coge la manía de hacer garabatos sobre el papel, no me tiene en cuanta para nada, mi paciencia se agota, miro su mano que solo va de una línea a otra haciendo filigranas, me levanto, me paseo por encima de la mesa, arriba, abajo, y ella impasible sigue haciendo letras y mas letras, al fin me enfado, me pongo encima del papel sin dejarla escribir, me acaricia la cabeza y dice, “ no seas travieso” sal del medio que no me dejas hacer nada, yo no la entiendo, me pongo a un lado, observo, miro la pantalla, las letras siguen plasmándose sobre el papel, me la miro, la dejo por imposible, si ella es feliz, yo también.
Ya sabéis un poco de mí, ahora os dejo, desde mi balcón estoy mirando un perro muy grande que corre por un tejado. ¡OH ¡ si mi madre Xispa lo viera, seguro que se le pondría encima de la espalda y le mordería la cola, tal como lo hizo un día en Riells. ¡Como corría el pobre perro! mí madre era muy especial, más guapa que yo, le hago justicia, ella tenía una hermosa cola muy larga de pelo brillante, daba gozo de mirarla, la mía es corta y torcida como si fuera una Z, pero a mi me gusta mucho, cuando estoy contento la muevo y todos se ríen, no se el porque, esos humanos son muy originales y complicados, yo les doy cuatro vueltas….Ellos que vayan trabajando, yo iré durmiendo, tomando el sol y descansando.
Ah, no me acordaba, ellos para aprender a relajarse, hacen una cosa que la llaman yoga, y mirad si son tontos que encima tienen que pagar con dinero,” no se lo que es esto.” pues mirad si yo soy inteligente, me estiro sobre el sofá, me enrosco me quedo quieto, tranquilo, feliz y relajado horas y más horas, sin tener que pagar ni escuchar los rollos que les explican y encima les dicen lo que tienen que hacer. No me negareis que yo soy mas listo, tengo mucha clarividencia y lo hago sin tantas complicaciones como ellos.
Si. Soy guapo y bien plantado, feliz de ser lo que soy. Siempre pienso en positivo. Esto es ser un gato que se siente superior a los seres humanos. No lo puedo remediar, ¿No es verdad? ¡Si no pensad un poco!