Hoy nos toca viajar hasta las primeras décadas del Siglo XX para ver cuánto ha cambiado la vida de los madrileños y de sus calles.
Las angostas e irregulares aceras de esta fina callejuela de Madrid parecían destinadas a los más mayores que bien las usaban para detenerse sobre ellas y contemplar la vida o bien para transitar. Por el contrario, ese firme adoquinado y abrupto se convertía en un inesperado campo de juegos donde nuestros pequeños protagonistas se divierten, abrazan y exploran el mundo con su particular mirada distraída por su inocencia.
Esta escena tan cotidiana destaca precisamente por eso, por reflejar un instante aparentemente inocente de aquel Madrid de inicios del Siglo XX, donde mayores y chiquillos apuraban cada brisa de vida que flotaba por aquellas inclinadas y ajadas calles. Lo cierto es que choca el considerable número de viandantes presentes en la foto a pesar de que la Calle de la Salitre nunca ha estado, ni seguramente estará, entre las más demandadas y concurridas de la capital.
La captura, obra del genial fotógrafo Alfonso está tomada a la altura del número 38, si os fijáis, en el bello comercio de la izquierda cuya fachada está cubierta de azulejos, en la parte superior se distingue el número del mismo. Otra pista que delata el lugar exacto donde se tomó la imagen es la verja que aparece en el lado derecho de la imagen con un murete blanco. Ésta reconocible esquina pertenece a la Parroquia de San Lorenzo por lo que, la vía que se inicia detrás de ella no puede ser otra que la Calle del Doctor Piga.
Esta estampa es un fiel reflejo de aquel Madrid que se disfrutaba y se vivía en las calles, entre animadas conversaciones de vecinos. Ahora, hace mucho que las aceras olvidaron ser improvisados puntos de encuentro. ¿Algún día recuperaremos aquellas bonitas costumbres?
Me he animado a buscar este mismo rincón a través de Google Street View y éste es el aspecto que en la actualidad presenta aquel bonito paraje... (Si os fijáis el techo de madera del comercio de la izquierda sigue presente mientras que la esquina de la derecha se ha convertido en un chaflán )