Revista España

Fotos antiguas: La Glorieta de Bilbao en 1920

Por Manugme81 @SecretosdeMadri

Glorieta de Bilbao en 1920, MadridTantas veces pasé por ella que, al final, inevitablemente terminamos por hacernos amigos. Cruzar la Glorieta de Bilbao, bajando desde Chamberí era para mí rebasar esa frontera psicológica que me abría las puertas hacia un Madrid diferente, a la historia y sentido de los barrios de Universidad y Justicia . A partir de ese momento, la fisionomía de edificios y calles cambia por completo. La entrada a un nuevo horizonte por explorar.  

Arribar a la Glorieta de Bilbao siempre ha sido para mí sinónimo de jornada de paseo por Madrid. A partir de ahí lo imprevisible, dispuesto a que la ciudad me sorprenda a cada paso, sin un rumbo definido. Imagino que por ese motivo este tengo un apego tan especial a este transitado nudo. Cuando me topé con esta fotografía de 1920 me detuve un buen rato en ella, saboreando cada detalle, jugando a las “Siete Diferencias”, con respecto a la glorieta que a mi, y a la gran mayoría de vosotros, nos tocó conocer.

Lo que más llama la atención, y confunde a primera vista, es la enorme escultura que impera en el centro y de la que actualmente no queda ni rastro. Una obra homenaje a Juan Bravo Murillo que se inauguró en 1902 y que tras el intenso lavado de cara que sufrió este lugar en la década de los sesenta se trasladó a la esquina de José Abascal con Bravo Murillo, donde pasa mucho más desapercibida.

Como siempre, los cambios más notables los percibimos a ras de suelo, en un piso adoquinado donde los pasos de los peatones se mezclan sin temor con las vías del tranvía. Donde un mulo, acostumbrado ya al tráfico, asoma la cabeza, exigiendo y reclamando su espacio junto a un tranvía coronado por un entrañable anuncio de ‘Sidra El Gaitero’. Estampas y guiños de un pasado que se evaporó por arte de magia. Una estampa tan inocente como imposible de repetir.

Me entusiasma el ver como era este lugar hace la friolera de 94 años. Una foto que confirma algo que ya me intuía por su estratégica ubicación, la Glorieta de Bilbao siempre ha rebosado vida y movimiento. Sus fugaces inquilinos van cambiando de aspecto pero ella aguanta sin pestañear. Es otro de esos elementos invisibles de Madrid que hacen posible su día a día y disfrute. Para muchos fue y será un anodino lugar de paso, para otros, seguramente menos, es un trocito indispensable en esta ciudad, de esta fascinante locura.

Glorieta de Bilbao en 1920, Madrid

 


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