La foto antigua de esta semana nos brinda la ocasión de poder desempolvar alguno de los recuerdos más prodigiosos de la Villa, esos que nos marcan el camino hasta la Puerta del Sol, la habitación más demandada por los huéspedes en este variopinto hotel llamado Madrid.
El de este martes no es un viaje casual sino que está perfectamente justificado. Resulta que tal día como hoy, de 1949, con vistas a ordenar y poner un poquito de paz en ese delirante cruce de caminos que es la Puerta del Sol, se suprimió el paso de los tranvías por este lugar. Por ello me he decantado por esta preciosa imagen de 192 1 en la que vemos un apretado tráfico de tranvías, pugnando por abrirse hueco, en esta plaza que ya empezaba a tener el caos como bandera.
Ahora mismo sería un riesgo considerable, el disponer de tranvías amenazando a todas horas a mimos, artistas callejeros, cazadores de Pokemons y adictos a los selfies pero en aquella Puerta del Sol de primera mitad del Siglo XX todo era distinto. Tanto que incluso hubo un tiempo en el que peatones y tranvías vivieron codo con codo, compartiendo mesa, mantel y suelo de adoquines. Aquella realidad difícilmente la volveremos a ver, seguramente nunca. En Sol, ya no queda hueco para (casi) nadie, como para ir añadiendo raíles y quitando aire al resto. Sin embargo, no está de más recordar que por ella surcaron numerosos vagones, con su elegante paso y señorial cadencia, con sus atrevidos polizones encaramados sobre los topes. Recuerdos, siempre bonitos recuerdos. Las miguitas de un Madrid que se evaporó hace hoy 67 años.