¡Hola a todo/as!
He pasado una temporada en Chile donde comenzaba el otoño (estos chilenos son muy, muy raros), he conocido lugares hermosos, otros hermosísimos y otros realmente de espanto. He estado en sitios donde he sufrido el mal de altura, en una isla que no existía ni para Google Maps (lo juro) y en un valle, el de Elqui que tiene una luz tan especial que sientes las retinas fundirse con el paisaje.
Chile es un país semi-derruido por el terremoto, con un orgullo especial por mantenerse en los primeros puestos de América Latina, con un liberalismo económico salvaje (todos los chilenos presumen de su colección de relucientes tarjetas de crédito) y con una belleza natural incomparable que recomiendo visitar a todo aquel que tenga más de dos semanas de vacaciones y no haya elegido destino.
No os pienso torturar con material gráfico pero os dejo estas perlas encontradas en mi camino:
Este depocito de basuras estaba situado en Punta de Choros, una pequeña caleta de pescadores al Norte de La Serena
Llamadme perfeccionista... pero igual querían decir Goulash con arroz
Valle de Elqui...
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