Llega el momento, llega el partido, se acerca la noche, la oscuridad, los rayos se van, los bates y las pelotas continúan, hasta la novena entrada, hasta el último catch, el último aliento. Y cuando las luces se apagan el césped busca los tacos de los jugadores que no están, que volverán pronto, para soñar, para jugar, para regresar a nuestra infancia.