El 9 de agosto de 1945 el fotógrafo militar japonés Yosuke Yamahata estaba en una misión cerca de la ciudad japonesa de Nagasaki cuando EE.UU. lanzó la bomba atómica sobre la ciudad. Al enterarse de la noticia, al día siguiente el fotógrafo llegó a la ciudad, tomando alrededor de 119 fotografías con dos cámaras diferentes.
Las impactantes imágenes muestran una ciudad llena de devastación y salpicada de supervivientes aturdidos y ennegrecidos. El aspecto de la ciudad se diferenciaba claramente de otros lugares bombardeados: aquí la explosión y el fuego redujeron la ciudad entera a cenizas en un solo instante. Las fotografías fueron confiscadas por los EE.UU. para que no fueran utilizadas como propaganda japonesa, pero el fotógrafo logró esconder los negativos.
Yamahata murió de cáncer en 1966, con tan solo 48 años. Se cree que su enfermedad fue causada por la exposición a la radiación en Nagasaki.
Fuente:
Independent