Revista En Femenino

Four seasons in one day... en Bruselas

Por Bruselas Exposure @mama2punto0
Acabamos de volver de pasar 10 días de vacaciones en Madrid. Allí mi hija de 4 años me preguntó si íbamos a volver a Madrid en más ocasiones...
-Claro que sí. Vamos a volver en mayo unos días. Cuando lleguemos a casa vamos a colorear en el calendario esos días para que veas cuánto falta.
-Vale. Vamos a colorearlos de amarillo. Madrid es amarillo porque tiene sol.

Amén.
Bruselas no es Melbourne pero la canción de mis adorados Crowded House le viene al pelo.

Y es que soy madrileña, acostumbrada a pasar del invierno al verano y vuelta a empezar. Así que viviendo en Bruselas, es inevitable hablar del tiempo.
Bruselas en invierno, cuando llegué, es un bajón total (al margen del ambiente de la Navidad, pero ese es otro tema). En enero tienes aproximadamente hora y media menos de luz que Madrid. Amanece un poco más tarde y anochece bastante más temprano. Y se nota. Y las horas centrales del día tiene uno la sensación de que el sol, cuando hace acto de presencia, es blanquecino. Los cielos están cubiertos la mayor parte de los días llueva o no.
Desde que vivo aquí miro cada día la predicción por horas del tiempo y sigo la norma de salir a la calle en cuanto veo el sol. Aquí lo normal es que niños y adultos tomen complementos de vitamina D.
Yo no era consciente de cómo el clima afecta a mi estado de ánimo hasta que no vine a vivir aquí. Me irrita profundamente que algo que escapa de mi control pueda afectarme tanto y me convierta en una suerte de ciclotímica... pero así es.
Cuando encadenas varios días grises empiezas a pensar que es una ciudad más sucia, fea y triste. Sale el sol y las casas de ladrillo rojo parecen sacadas de un pueblo de Lego, las calles te parecen de un pueblo de cuento y ves flores por todas partes.
Porque aquí en otoño y en invierno, tengo la teoría de que si no fuera por el chocolate, la cerveza y las flores que venden en cada rincón, la gente caería en una profunda depresión.
Y entonces llega la primavera a Bruselas...
Al volver de los 10 días de vacaciones en Madrid tengo la sensación de que Bruselas ha sido invadida... ¿dónde estaba toda ésta gente?.

Four seasons in one day... en Bruselas

Parc du Cinquantenaire - Jubel Park


Los bruselenses se han vuelto majaretas y como han encadenado una semana al sol con temperaturas que van de los 3º a los 18º han decidido echarse a los jardines y tumbarse al sol.
Cuando tuve que desempaquetar toda la mudanza me enfrenté a la gran pregunta de si volvería a usar sandalias mientras viviera aquí. Y es que siendo de Madrid y veraneando en un pueblo de Toledo, acumulo unos cuantos pares de calzado veraniego. Desde hace semanas (por aquel entonces llovía y no pasábamos de los 6º) se ve ropa de verano y sandalias en los escaparates de las tiendas. Ahora lo entiendo todo.
Aquí el personal, loco por lucir cuerpo y broncearse, ya se pone en tirantes, pantalón corto, sandalias aunque estemos a 15º de máxima. Así acaban luego hechos una gamba con el caloret de España en vacaciones.
Hay que reconocer que lo que sí se nota es la luz. En un día como el de hoy (21 de abril) amanece a las 6:30 de la mañana (una hora antes que en Madrid) y anochece a las 21. Eso supone una hora más de luz. Y se nota. Sobre todo porque son el corazón de Europa pero aquí no han llegado las persianas.
Así que está Bruselas en pleno subidón subidón.
Jardines plagados de flores, árboles con brotes verdes, gente tumbada al sol en cualquier rincón, niños en los parques (este tema ya lo trataré detenidamente otro día) y hasta el camión de los helados con su musiquita de película de terror pasando por las calles...
Dicen que el jueves llueve.

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