La compra de la Virgen de la Granada a cargo del Estado, del Museo del Prado y de la sociedad civil organizada es una buen noticia para todos. Para los Alba, desde luego, que hacen caja. Pero también para el conjunto de la ciudadanía, que podrá disfrutar en esa fantasía que es el Prado de una obra cumbre, por su significado y por su maestría, del dominico italiano.
Su maravillosa Anunciación ya no estará sola en el Museo...